El duelo como un espacio físico
Reconstrucción, escrita por Renato Hidalgo
y dirigida por Mauricio Coronado, es una obra que marca el cierre de un proceso
de aprendizaje para los estudiantes de la carrera de Artes Escénicas. La
propuesta busca explorar el duelo y las emociones reprimidas desde un lenguaje
juvenil. La historia comienza con tres personajes (Ariana, Pedro y Lorena) que
llegan uno por uno a una fiesta que no existe y terminan atrapados en un lugar
en construcción, que resulta ser mucho más que un simple local: es un espacio
que los enfrenta con sus propios dolores y miedos.
La idea es atractiva, pero la obra tropieza
por momentos. Las escenas se repiten sin mucho avance: cada personaje debe
abrir una caja para enfrentar su dolor, pero todos reaccionan como si fuera la
primera vez, incluso cuando ya vieron lo que pasó con los otros. Esto hace que
el conflicto no crezca y que el ritmo se vuelva monótono.
También hay preguntas que la obra deja al
aire: ¿qué es exactamente ese lugar?, ¿por qué aparece el "Sujeto"
que los manipula? La puesta sugiere que es un espacio psicológico o un limbo,
pero nunca lo deja claro ni termina de definir su propia lógica.
La dirección cumple con una puesta
correcta: la escenografía, el manejo de luces y el ambiente teatral están bien
construidos y son de los puntos más sólidos de la obra, aunque no se exploten
al máximo.
En las actuaciones se nota que los chicos
aún están en formación. Les falta experiencia y, sobre todo, creerse lo que
están contando. Todo se percibe bien estructurado, pero también muy marcado,
con algunos destellos de naturalidad que no logran sostenerse. Se cumple con lo
que la formación actoral pide como base, pero falta apropiarse realmente de los
personajes y hacerlos suyos.
Un aspecto importante a mencionar es el
respeto y la puntualidad hacia el público. El teatro peruano tiene poco público
y necesita con urgencia formar uno nuevo. Para lograrlo, es clave respetar a
quienes asisten. La obra estaba anunciada para las 8:00 p.m. y la citación al
público fue a las 7:45 p.m.; sin embargo, la función recién inició a las 8:37
p.m., sin ninguna explicación al respecto. Esto es una falta de respeto, más aun
tratándose de una función universitaria donde el profesionalismo debería
empezar a forjarse.
En resumen, Reconstrucción es una obra
honesta y con potencial, pero que necesita trabajar más en el desarrollo de sus
personajes, la coherencia de su mundo y un mayor riesgo emocional en escena.
Podríamos resumirlo así:
Lo mejor: la idea de representar el duelo
como un espacio físico y la atmósfera conseguida con la escenografía y las
luces.
Lo que falta: un texto menos repetitivo y
más profundo, actuaciones más naturales, una mejor definición de qué es el
lugar en el que ocurre todo y, sobre todo, respeto al público: las funciones
deben empezar puntuales.
Conclusión: un montaje con buenas
intenciones y algunos aciertos visuales, pero que aún está en proceso de
construcción, igual que el espacio que presenta.
Milagros Guevara
19 de julio de 2025
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