Reconocernos como migrantes es bastante difícil, aunque la
migración sea algo instintivo para nosotros, inicialmente impulsada por la
búsqueda de mejores cultivos y áreas de caza. En la actualidad, la motivación
ha evolucionado hacia la búsqueda de una educación de calidad, oportunidades
laborales y, en ocasiones, simplemente por el deseo de estar lejos del lugar de
origen para crecer, experimentar, amar y eventualmente regresar. Sin embargo,
es importante señalar que estas posibilidades están restringidas a algunos
privilegiados.
Las mayores olas de migraciones, tanto en nuestro país como
en el mundo, han sido desencadenadas principalmente por la violencia social, la
precariedad económica, las guerras y las tensiones religiosas, recordándonos
así nuestra humanidad desde su lado más oscuro.
La otredad se manifiesta como la búsqueda de las diferencias con el otro, ya
sea que provenga del otro lado del mar o del otro lado del río o del bosque,
que a simple vista son solo espacios geográficos, pero que históricamente se
han delimitado como fronteras. Esta es una de las premisas que nos
presenta Caminar bajo la lluvia entre la madrugada y la noche, sin
paraguas, sin abrigo, un título extenso como los que ya estamos acostumbrados a
encontrar en las obras del joven dramaturgo Mario Zanatta.
En esta obra, el camino de exploración en la dramaturgia
lleva al autor a alejarse de la búsqueda de una especificidad geográfica, algo
que caracterizó proyectos anteriores donde su dramaturgia se impregnaba de la
música y las avenidas de sus recuerdos de juventud en su distrito natal. Por el
contrario, como señala Zanatta, "podría ser cualquier lugar".
La visión de la directora para llevar a escena esta obra es casi alquimia,
sabiendo conjugar los materiales exactos para hacernos viajar. "Lo
primero que me impactó del texto fueron las imágenes", comenta Malu Gil, y
lo demuestra en escena con momentos que quedan impresos en la retina y resurgen
en la memoria para ser descifrados poco a poco.
La dirección de Gil es precisa y sutil, haciéndose presente
en los detalles. La claridad con la que nos presenta esta obra hace que
reverberen imágenes que nos cuestionan sobre nuestro propio ser migrante, a
menudo negado por la necesidad simplista de juzgar al otro solo por haber
nacido al otro lado del mar o del río.
Charlotte Giusti es "la sorpresa perenne dentro de la
rosa del día", como diría Oquendo de Amat. La actriz nos hace viajar con
cada palabra, no solo gracias a la claridad de su voz, sino desde un cuerpo
vivo, tenso y presente, matizando la palabra con emoción. Su presencia se ve
enriquecida por su maestría en la danza, creando micro partituras en música
celeste. Aunque aún hay detalles que se irán solidificando con el transcurso de
las funciones, el camino está trazado.La claridad del oficio de Mauricio Rueda se manifiesta con
elegancia en la sutileza de su actuación, sabiendo acompañar, coquetear y
brillar en las breves ventanas donde es necesario, utilizando el detalle
incluso en lo oculto al ojo del espectador, "secretos del actor",
como diría el maestro Miguel Rubio. Cabe resaltar la artesanía de su trabajo,
no solo como actor, sino también como escenógrafo de esta obra, creando
detalles que sorprenden y despiertan la curiosidad.
Una de las principales dificultades en el teatro en
provincias es la técnica, especialmente la de luces. Muchas veces, esto se debe
al desconocimiento o simplemente a aplicar la clásica fórmula de "así
nomás" o justificándose con un "no hay". Sin embargo, todas
estas limitaciones carecen de fundamento al observar el trabajo profesional de
Cristiano Jara. Al agregar simplemente un par de luces al equipo de Casa Darte,
logró crear atmosferas y complementar imágenes de manera maravillosa. Dentro de
lo técnico, también se destaca lo sonoro, a cargo de Javier Quiroz, conocido
como "El Galifardo", quien supo complementar las atmosferas de manera
precisa.
Toda esta labor escénica se ve complementada con el trabajo
de Benjamín Suárez de La Hipérbole Lab, en la producción; Mario Osorio, en la
producción ejecutiva; y en la fotografía, José Amador.
Confluencia de otredades, diversos en sus geografías,
formaciones y estéticas, pero capaces de dialogar en el lenguaje común de la
creación escénica. Aquí se manifiesta la dialéctica de la otredad, buscando
puntos en común para presentarnos esta hermosa obra. Es relevante destacar que
este proyecto ha sido ganador de los Estímulos Económicos para la Cultura 2023
del Ministerio de Cultura. Proyectos como este refuerzan la necesidad de contar
con más estímulos para la creación, ya que son impulsos vitales para un trabajo
de alta calidad.
En estos tiempos, donde constantemente buscamos al enemigo en aquel que no
piensa, siente o se parece a nosotros, o que proviene de otro lugar, el teatro
persiste como un acto político de diálogo. Su propósito es golpearnos con
nuestro propio reflejo, con la esperanza de que tal vez alcancemos la metanoia.
Caminar bajo la lluvia entre la madrugada y la noche sin
paraguas, sin abrigo continúa en temporada en Casa Darte, ubicada en la
avenida Micaela Bastidas 331, Wanchaq, Cusco. Quedan dos funciones el 22 y 23
de diciembre a las 7:30 pm. Si se encuentran en Cusco, les recomiendo asistir,
no solo por ser una obra bien lograda, sino también porque es fundamental
vernos, dialogar y el teatro siempre ofrece un excelente pretexto para ello,
siendo un punto de encuentro y la "última reserva ecológica del
hombre", como diría el maestro Mario Delgado.
Miguel Gutti Brugman
Cusco, 19 de diciembre 2023
Reconocernos como migrantes es bastante difícil, aunque la migración sea algo instintivo para nosotros, inicialmente impulsada por la búsqueda de mejores cultivos y áreas de caza. En la actualidad, la motivación ha evolucionado hacia la búsqueda de una educación de calidad, oportunidades laborales y, en ocasiones, simplemente por el deseo de estar lejos del lugar de origen para crecer, experimentar, amar y eventualmente regresar. Sin embargo, es importante señalar que estas posibilidades están restringidas a algunos privilegiados.
Las mayores olas de migraciones, tanto en nuestro país como en el mundo, han sido desencadenadas principalmente por la violencia social, la precariedad económica, las guerras y las tensiones religiosas, recordándonos así nuestra humanidad desde su lado más oscuro.
La otredad se manifiesta como la búsqueda de las diferencias con el otro, ya sea que provenga del otro lado del mar o del otro lado del río o del bosque, que a simple vista son solo espacios geográficos, pero que históricamente se han delimitado como fronteras. Esta es una de las premisas que nos presenta Caminar bajo la lluvia entre la madrugada y la noche, sin paraguas, sin abrigo, un título extenso como los que ya estamos acostumbrados a encontrar en las obras del joven dramaturgo Mario Zanatta.
En esta obra, el camino de exploración en la dramaturgia lleva al autor a alejarse de la búsqueda de una especificidad geográfica, algo que caracterizó proyectos anteriores donde su dramaturgia se impregnaba de la música y las avenidas de sus recuerdos de juventud en su distrito natal. Por el contrario, como señala Zanatta, "podría ser cualquier lugar".
La visión de la directora para llevar a escena esta obra es casi alquimia, sabiendo conjugar los materiales exactos para hacernos viajar. "Lo primero que me impactó del texto fueron las imágenes", comenta Malu Gil, y lo demuestra en escena con momentos que quedan impresos en la retina y resurgen en la memoria para ser descifrados poco a poco.
Charlotte Giusti es "la sorpresa perenne dentro de la rosa del día", como diría Oquendo de Amat. La actriz nos hace viajar con cada palabra, no solo gracias a la claridad de su voz, sino desde un cuerpo vivo, tenso y presente, matizando la palabra con emoción. Su presencia se ve enriquecida por su maestría en la danza, creando micro partituras en música celeste. Aunque aún hay detalles que se irán solidificando con el transcurso de las funciones, el camino está trazado.
La claridad del oficio de Mauricio Rueda se manifiesta con elegancia en la sutileza de su actuación, sabiendo acompañar, coquetear y brillar en las breves ventanas donde es necesario, utilizando el detalle incluso en lo oculto al ojo del espectador, "secretos del actor", como diría el maestro Miguel Rubio. Cabe resaltar la artesanía de su trabajo, no solo como actor, sino también como escenógrafo de esta obra, creando detalles que sorprenden y despiertan la curiosidad.
Una de las principales dificultades en el teatro en provincias es la técnica, especialmente la de luces. Muchas veces, esto se debe al desconocimiento o simplemente a aplicar la clásica fórmula de "así nomás" o justificándose con un "no hay". Sin embargo, todas estas limitaciones carecen de fundamento al observar el trabajo profesional de Cristiano Jara. Al agregar simplemente un par de luces al equipo de Casa Darte, logró crear atmosferas y complementar imágenes de manera maravillosa. Dentro de lo técnico, también se destaca lo sonoro, a cargo de Javier Quiroz, conocido como "El Galifardo", quien supo complementar las atmosferas de manera precisa.
Toda esta labor escénica se ve complementada con el trabajo de Benjamín Suárez de La Hipérbole Lab, en la producción; Mario Osorio, en la producción ejecutiva; y en la fotografía, José Amador.
Confluencia de otredades, diversos en sus geografías, formaciones y estéticas, pero capaces de dialogar en el lenguaje común de la creación escénica. Aquí se manifiesta la dialéctica de la otredad, buscando puntos en común para presentarnos esta hermosa obra. Es relevante destacar que este proyecto ha sido ganador de los Estímulos Económicos para la Cultura 2023 del Ministerio de Cultura. Proyectos como este refuerzan la necesidad de contar con más estímulos para la creación, ya que son impulsos vitales para un trabajo de alta calidad.
En estos tiempos, donde constantemente buscamos al enemigo en aquel que no piensa, siente o se parece a nosotros, o que proviene de otro lugar, el teatro persiste como un acto político de diálogo. Su propósito es golpearnos con nuestro propio reflejo, con la esperanza de que tal vez alcancemos la metanoia.
Caminar bajo la lluvia entre la madrugada y la noche sin paraguas, sin abrigo continúa en temporada en Casa Darte, ubicada en la avenida Micaela Bastidas 331, Wanchaq, Cusco. Quedan dos funciones el 22 y 23 de diciembre a las 7:30 pm. Si se encuentran en Cusco, les recomiendo asistir, no solo por ser una obra bien lograda, sino también porque es fundamental vernos, dialogar y el teatro siempre ofrece un excelente pretexto para ello, siendo un punto de encuentro y la "última reserva ecológica del hombre", como diría el maestro Mario Delgado.
Miguel Gutti Brugman
Cusco, 19 de diciembre 2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario