Secuestros
El talento que tiene Jorge Pecho y su
equipo para el teatro virtual es indiscutible; sin embargo, considero que una de
sus mayores debilidades que muestra desde que tengo la oportunidad de verlo es
el contenido, es decir la dramaturgia. Hace unos meses, las entregas de Titanomaquia fueron increíbles, pero
medida que Jorge ha explorado otras temáticas en sus montajes, más allá de la
mitología griega, he encontrado problemas. Un ejemplo de esto es esta obra,
recién estrenada, titulada Submundo.
Las actuaciones de Liz Roggero y Mariana
Quiroz fueron creíbles, no impactantes, pero creíbles. Sin embargo, la historia
era muy lineal. Los conflictos se resolvían de una manera relativamente simple.
Adicionalmente, y esto lo menciono con absoluto respeto, los diálogos fueron
muy telenovelescos. Creo que la telenovela es un género audiovisual que tiene
sus propios códigos, pero trasladar esto a una función de teatro virtual no
funcionó.
Por otro lado, audiovisualmente, los
montajes de Jorge Pecho son sencillamente alucinantes. Muchas felicitaciones a
Luis Peche, el director artístico responsable de esta obra de arte. De hecho,
creo que es una crítica para otras compañías teatrales que en sus funciones
virtuales no se ven tantas herramientas audiovisuales originales y a veces, uno
tiene que hacer el esfuerzo para imaginar situaciones. Sin embargo, que una
función tenga un audio y efectos especiales únicos no hacen que sea atractivo,
pues en mi opinión, el conflicto en Submundo
era muy simple. Reitero que escribo esto con respeto y de forma de crítica constructiva.
La historia de una madre que es secuestrada
y luego es mutilada para que una red de trata trafique con sus hijos siempre va
a ser una historia dramática que necesita ser contada. Sin embargo, el teatro
es precisamente una magia cuya convención se basa en narrar cómo una historia
se cuenta. El teatro es una convención con el público. Todos sabemos que Roggero
no ha sido realmente mutilada, pero precisamente el trabajo del dramaturgo es
narrar el cómo llegó a esta situación trágica y qué sucede al final. La clave
del teatro es llegar a narrar una historia de tal manera que sea mostrada como
un montaje único y algunas veces, apelando a valores universales como el amor,
la justicia, la venganza, etc.
En ese sentido, yo creo que Jorge Pecho
debería experimentar y trabajar con otros colectivos teatrales u otros actores.
Por ejemplo, Kelly Estrada, Renato Medina-Vassallo o Paul Mendoza, entre otros.
¿Cómo funcionarían estos actores en las obras de Pecho? Igualmente, sería
interesante experimentar con otros dramaturgos. Estoy convencido que sería un
proyecto colectivo con resultados interesantes desde el punto de vista
estético.
Enrique Pacheco
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