lunes, 6 de septiembre de 2021

Crítica: PROVOCAR TERNURA


Antología de emociones

Continúa la exploración virtual con Provocar Ternura. Yestoquelotro Estudio de David Carrillo vuelve a la carga con una nueva antología de cortometrajes, escritos, actuados y dirigidos íntegramente por egresados de sus talleres de actuación. Esta vez, es la “ternura” la temática alrededor de la que giran las nueve ficciones breves presentadas, teniendo como disparadores creativos una cerradura, una colcha y la frase: “¿Puedo quedarme contigo?”. En lo que va del proyecto global, que cuenta ya con dos estrenos previos (Provocar Identidad y Provocar Emancipación), quizás sea en ciertas piezas de esta propuesta en las que se alcancen los resultados más sobresalientes de todo el conjunto (con el apoyo de convenciones teatrales, incluso), lo que hace más evidentes las carencias de las otros proyectos. Sin embargo, ninguna ficción sale sobrando y todas, en su concepción, logran retratar este sentimiento cada una a su particular manera.

El lado oscuro de la ternura es explorado en Bucle de Ann Claros, dirigida por Gian Paul Miranda, en la que la violencia física y psicológica se hace presente en la relación de Franco Ahuanari y Steve La Cruz, ante la presencia de la amiga Liz Roggero, creándose un drama que pudo haber profundizado más a sus personajes; y en Después de ti de Catalina Balarezo Sugobono, a cargo de Mirella Ibáñez, ciertos problemas técnicos no distraen de las melancólicas reflexiones de Vero Del Topo luego de la partida de un ser querido y del hábil manejo de los elementos que simbolizan esta añoranza. Por otro lado, la ternura inherente a la amistad aparece en las entretenidas y sólidas Calma y Descontrol de Samanta Romero Rodríguez, bajo la dirección de Rodrigo Reyes Pavia, y ¿Para qué son los amigos? de Vanessa Demichelli, dirigida por Maryfé Asparria, en las que cada pareja de amigos, bien interpretados por Asparria con Cristina Renteros, y André Portugal con Yamil Sacin, respectivamente, convence en sus divertidos diálogos.

Que el teatro logre conmover a través de la pantalla se convierte en una feliz certeza en las arriesgadas Des-Pegar de Luzma De la Torre Ugarte, bajo la dirección de Nany Florez, y La última tarde de colchita de Carrillo, a cargo de Samanta Alva Vargas; ambas con propuestas basadas en la teatralidad que enriquecen el producto final. En la primera, las actrices Betsheba Gil y Romero Rodríguez interpretan con fluidez la relación entre madre e hija, en una sala comedor convertida en un escenario con todas las dela ley. Y en la segunda, aceptamos por completo la convención propuesta por la actriz Jóse Spigno, para narrarnos, en primera persona, la conmovedora historia de un joven Carrillo; se trata este de un trabajo que roza la excelencia, en su propósito de transmitir emociones desde la virtualidad.

El virtuosismo en la ejecución de las propuestas se puso de manifiesto, de distintas formas, en las piezas restantes. En T.A. Ternura Artificial de Jasmín Tello, dirigida por Sacin, se exploró la ciencia-ficción en un estilizado futuro distópico, en el que el androide Joel Soria y la programadora Jasmín Tello se ven involucrados en el final de los tiempos. En El celular de un hombre en problemas de Rodrigo Falla Brousset, a cargo de Demichelli, recuperamos al actor Carrillo en un personaje que exuda ternura e ingenuidad en medio de una intriga delincuencial, bien secundado por la voz de Reyes Pavia desde el móvil del título. Y en la impecablemente realizada Puedes dejar de acompañarme de Spigno, dirigida por Julian Reyes, los intérpretes Atria Fiol  y Federico Abrill nos hacen partícipes de una entrañable fábula para reconocer, enfrentar y perder el miedo. Provocar Ternura alcanza algunos momentos brillantes en su composición de ficciones, que solo nos hace esperar con más impaciencia las siguientes entregas.

Sergio Velarde

6 de setiembre de 2021

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