“Desde niña quería ser actriz”
Una de las gratísimas sorpresas del año pasado fue la
actuación de una joven actriz dentro del numeroso elenco de Un misterio, una
pasión de Aldo Miyashiro, que estuvo en temporada en el Teatro La Plaza. Kelly
Estrada, egresada de la ENSAD, logró el premio del jurado de Oficio Crítico
como la mejor actriz de reparto por la mencionada obra, convertida ya en un
verdadero clásico del teatro peruano. “¡Imagínate, todos hemos hecho escenas de
la obra en los talleres y en la misma Escuela!”, afirma Kelly. “Creo que el
mensaje de la obra es que cada pasión llevada al extremo no es bueno, además de
la importancia de tener una familia; los seres humanos tenemos la necesidad de
ser escuchados y de tener una familia”.
Los inicios en el arte
“En mi familia nadie se dedica al arte, pero desde niña
quería ser actriz, no sé por qué, quizás porque estaba sola en casa y jugaba
que era diferentes tipos de personajes”, recuerda Kelly, quien a los 16 años
tuvo que elegir una carrera. “Decidí estudiar Ingeniería de las Telecomunicaciones,
pero me pasó un accidente y a raíz de eso le dije a mi papá que mejor hacía lo
que me guste, porque uno nunca sabe en qué momento ya no está”. Su padre la
apoyó y fue entonces que descubrió la ENSAD, en donde podría estudiar actuación
de manera profesional. “Estando en el colegio, fui a una de esas ferias
vocacionales en el Jockey Plaza. Vi un stand de la ENSAD, que estaba vacío,
luego lo “googleé” en casa y me decidí a ingresar”. Kelly nunca había llevado un
taller de teatro, ni visto obra alguna. “Mi mamá no estaba muy de acuerdo, pero me dijo que juegue un rato, así
que entré a la Pre-ENSAD, que mi padre pagó. Y lo sorprendente de todo es que
ingresé de manera directa, solo con evaluaciones en clase de voz, cuerpo y
actuación en esos meses”.
Ya en la ENSAD, Kelly tuvo dos profesores clave durante su
proceso como actriz. “Carlos Acosta es súper constante, cree en el trabajo
diario para poder lograr las cosas más que en el talento; es aguerrido,
dedicado y le encanta enseñar. Daniel Dillon fue mi maestro y ahora es mi amigo,
me dio confianza en lo que estaba haciendo”. Kelly llevó además talleres de
dramaturgia y dirección con Dillon, actividades que le llaman mucho la
atención. “Entre los trabajos que tuve, me gustó mucho ser asistente de
dirección, ya que uno aprende observando las cosas que hace el director, que no
solo debe dedicarse a la dirección de actores, sino que debe verlo todo”.
Temporadas con misterio y pasión
Kelly egresó de la ENSAD con una obra que le trajo mucha
satisfacción: Mala sangre (2015) fue presentada en el Festival de Teatro Danza
en Lima (2015), dirigida por Dillon. “Nos armamos como como grupo, enviamos
nuestra carpeta y ocupamos el segundo lugar, con apoyo económico para su
producción”. La pieza escrita por David Plana estaba compuesta por varios
cuadros ambientados en diversos espacios. “Nos presentamos en la Casona
Fernandini, porque tenía varios ambientes y la idea es que el espectáculo fuera
itinerante. Fue una experiencia muy bonita y todos le tuvimos mucha fe a la
obra”. Sin embargo, Mala sangre no pudo continuar con el elenco original, pero
sí tuvo futuras presentaciones en el Teatro Mocha Graña, siempre con la
dirección de Dillon, mas con otro elenco.
Una de las mejores experiencias teatrales que tuvo Kelly una
vez terminado su paso como alumna de la ENSAD fue su protagónico en la puesta
en escena de Perséfone (2017), al lado de actores como Liz Navarro, Henry
Sotomayor y Haysen Percovich, nuevamente a las órdenes de Dillon y estrenada en
su alma mater. “No voy a negar que sentía mucha presión por ser la protagónica,
y además por actuar al lado de personas que admiro mucho”, recuerda Kelly.
“Quería hacerlo bien y conforme fue avanzando el proceso, iba descubriendo
cosas nuevas. Esa obra me ayudó mucho a nivel profesional, fue un reto esa
temporada de cinco semanas y un orgullo para mí, porque una vez me dije que
algún día haría una obra en mi escuela”.
¿Cómo llegó Kelly a integrar el elenco de Un misterio, una
pasión? “Pues yo aparte de ser actriz, tengo otros trabajos y fui anfitriona en
el Teatro Pirandello”, menciona divertida. “Me crucé con Mario Ráez, quien hizo
la dirección de iluminación en Perséfone, en un estreno del 2018 y me dijo que
un día eres protagonista y al otro, anfitriona”. Ráez le contó que se iba a
estrenar una obra en La Plaza y que pensaba que Kelly podía interpretar uno de
los personajes. “Me reí, le dije: “¿Me estás bromeando, no?, pero igual le
mandé foto y número”. En una de las funciones en el Pirandello, alguien le toca
la espalda a Kelly, mientras trabajaba como anfitriona. “Era Juan Carlos
(Fisher, director) y yo pensé: ¿Qué está pasando? Me dijo que le habían hablado
muy bien de mi trabajo”. A la semana siguiente, Kelly es citada para el casting.
“Estaban solo Renato Rueda (actor) y Juan Carlos, leímos la escena de “La Loca”;
estaba aterrada, escuchaba la risa de Juan Carlos y solo tres minutos después
me dijo: Eso es todo, gracias”. Kelly pensó que lo había arruinado todo y que
había fracasado; no obstante, recibió la llamada de Fisher tres semanas
después. “Me dijo que había estado muy ocupado, por eso no me había llamado
antes y me preguntó si me gustaría ser parte del elenco y de la temporada”. El
resto es historia.
“Creo que una buena actriz de teatro debe tener disciplina”,
afirma Kelly. “Siempre ser constante, trabajar no solo porque se tiene función,
sino porque uno se preocupa por su cuerpo, por su voz, se debe llevar talleres,
muchas veces lo dejamos de lado”. Por otro lado, un buen director teatral debe
“saber escuchar a su actor, dejarlo fluir y dar indicaciones específicas y no
tan generales. A veces con una sola palabra basta”. Este año, Kelly estará
abocada a terminar el taller dictado por Leonardo Torres Vilar, en su segundo y
tercer nivel, así como terminar un par de textos que comenzó a escribir. “Yo
les aconsejaría a los jóvenes que quieren ser actores que prueben la carrera,
que se arriesguen siempre”, concluye.
Sergio Velarde
24 de enero de 2019
1 comentario:
Definitivamente un ejemplo de constancia y perseverancia...a seguir creciendo pequeña
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