Una tibia mirada a los excesos de la burguesía
Desde hace algunos meses se encuentra en nuestro país la novel
compañía española TOC Teatre. El colectivo estrenó La educación de los cerdos,
con autoría y dirección de Víctor Zegarra Montes en el Teatro Ensamble de
Barranco, luego de varias semanas de ensayo en la capital con la colaboración
de la actriz peruana Camila Abufom. La pieza aspira a convertirse en una ácida
crítica hacia la burguesía, retratando escénicamente una sencilla y trivial
anécdota como es la llegada de un vanidoso y famoso gourmet llamado Richard a la
residencia de una acomodada pareja, conformado por la guapa Margaret y el
refinado Mike. Pero es en las formas en las que se encuentra el verdadero valor
del presente montaje, pues la compañía menciona en la información disponible en
internet, que se encuentra en la búsqueda de un lenguaje teatral propio
fusionando varias disciplinas artísticas. Y si bien no supera a otras recientes
puestas en escena con la misma temática, como por ejemplo, Víctor o los niños al poder (2014) de Roger Vitrac, la presente obra sí logra sostener su acción
dramática gracias al talento de sus intérpretes.
Basada en La cata, un relato del popular escritor danés
Roald Dahl (autor de Charlie y la fábrica de chocolates, Las brujas y Matilda,
entre otras genialidades), la obra pretende desnudar el esnobismo que impera en
la alta sociedad. Y esto se logra en gran parte, con la estirada composición de
la pareja conformada por los actores Ángela Mesa y Samuel León como Margaret y
Mike, respectivamente; ambos inmersos en diálogos superficiales e hipócritas,
solo interrumpidos por aquellos intermitentes momentos en los que rompen bruscamente
su compostura. La llegada del gourmet (Zegarra Montes) y la posterior apuesta sobre
la procedencia de una botella de vino convertirán la apacible cena en un
violento cuadro en el que el aparente equilibrio va desmoronándose
gradualmente. Se observa un buen trabajo gestual y físico en los actores, que
ya habían demostrado en su ópera prima A dos alas de la libertad (2014).
Por otro lado, el espacio que ofrece el Teatro Ensamble es
bien aprovechado solo en un inicio, con Mike ocupando el segundo nivel, leyendo
cómodamente su periódico en un sillón; mientras que la sirvienta (Abufom) espera
atenta y de pie sus indicaciones, en el primero. Esta última tiene además, un
comportamiento errático e inexplicable, pues si bien conserva una postura
discreta y servicial, esta se rompe bruscamente sin razón aparente en varios
momentos. Acaso dentro del terreno del surrealismo se puedan justificar algunas
acciones, como el “elevador” que conduce a la cocina, pero acaso incluir más detalles
de este tipo pueden servir para enriquecer la propuesta. El ajustado vestuario
y el uso de las luces y sonido funcionan para crear la atmósfera deseada, acompañada
por el buen desempeño del elenco. TOC Teatre consigue con La educación de los
cerdos un sencillo y digno montaje que parodia con acierto a la orgullosa alta sociedad,
pero que podría sumar puntos al incluir más elementos del absurdo. Eso sí, con
los suficientes aciertos escénicos para volver recomendable el presente
espectáculo.
Sergio Velarde
21 de enero de 2016
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