Los peligrosos amores fraternales
Un nuevo caso de actor convertido en director. Fernando Luque, un
competente intérprete que viene demostrando su versatilidad desde que lo
notamos en Laberinto de monstruos de César De María en el 2012, es ahora el
responsable del estreno de El camino de los pasos peligrosos, drama en un acto
escrito por el canadiense Michel Marc Bouchard. Al igual que otros colegas debutantes en la dirección, como Urpi Gibbons (con El alma buena de Szechuán) y Diego Lombardi (con Phoenix: volver a empezar), los
resultados obtenidos por Luque son auspiciosos. Más cercana a la hábil elección
de Lombardi, la puesta en escena de El camino de los pasos peligrosos es
sostenida principalmente por un efectivo trabajo actoral. El Auditorio del
Centro Cultural El Olivar es presentado en caja negra, con algunas ramas secas
en la parrilla y con un juego de luces que suma a la creación de la atmósfera
surrealista que la historia reclama.
Tres hermanos sufren un accidente automovilístico en el mismo lugar que
murió su padre hace años, cuando viajaban al matrimonio de uno de ellos.
Atrapados en esta especie de limbo, los terribles secretos irán saliendo
progresivamente a la luz. Las culpas y las verdades nunca dichas son acaso los
puntos en común que tienen Víctor (Julián Legaspi), Ambrosio (Omar García) y Carl
(Renato Rueda), tres hermanos de caracteres muy distintos entre sí, que se ven
forzados a enfrentar sus realidades mientras permanecen en aquel misterioso
lugar. Carl estaba a pocas horas de casarse, al sufrir el accidente con sus
hermanos, y al reunirse posteriormente con ellos, las caretas filiales van
cayendo, desenterrando oscuros secretos, especialmente los que esconde Ambrosio.
Cada uno expone su verdad a su manera, reclamando cariño o mostrando su
frustración. Una intensa historia que mantiene la fluidez hasta el final.
A destacar el trabajo de Luque, que prefiere sabiamente centrar sus
energías en la dirección de sus actores, apoyado principalmente en la
destacable interpretación de Rueda, otra joven promesa de la actuación, que
llamó la atención en Números reales hace un par de años. Por su parte, García y
Legaspi, ambos con ciertas limitaciones histriónicas (especialmente en la
dicción), logran secundarlo con bastante eficiencia. El camino de los pasos
peligrosos es un entretenido montaje teatral, que genera un genuino interés por
los conflictos filiales presentados por la historia y que se convierte en un
digno debut en la dirección de Luque, que se revela como un talentoso director
de actores.
Sergio Velarde
02 de abril de 2015
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