jueves, 10 de abril de 2025

Crítica: TRES MARÍAS Y UNA ROSA, 39 AÑOS DESPUÉS


Telba, las mujeres y el pasado

La puesta en escena de Tres Marías y una Rosa, 39 años después, que viene presentándose en el Centro Cultural Ricardo Palma, sí que resulta un acontecimiento teatral por partida doble: no solo se vuelve a llevar a las tablas la historia de este entrañable grupo de arpilleristas, inspirada en el clásico chileno del mismo nombre, escrito originalmente en el año 1979 por David Benavente, sino que nos devuelve a nuestra cartelera teatral al emblemático grupo Telba, que tuviera gran éxito con esta misma obra en 1985. Para quienes alcanzaron a ver la mencionada temporada hace casi cuatro décadas, esta nueva versión pueda ser apreciada ciertamente con una capa adicional de nostalgia; para el resto (incluyendo a un servidor), esta puesta se sostiene gracias al talento de las actrices y a la cuidada dirección de la experimentada Ruth Escudero.

Debe anotarse que la obra original recibió muchos elogios en su momento por retratar con autenticidad la realidad chilena, en aquel entonces bajo la dictadura militar de Pinochet, y por su contundente crítica a la sociedad. Sobra mencionar que los paralelismos con nuestra reciente coyuntura política y social resultan más que evidentes y pertinentes. La presente adaptación, en formato de creación colectiva a cargo de Francisco Basili y ubicada en tiempo actual, resulta sorprendentemente eficiente y creíble, a pesar del tiempo transcurrido: tres de las cuatro actrices originales regresan, retomando sus mismos papeles, pero con otro tipo de problemáticas que deben aprender a lidiar; y por otro lado, todo el montaje respeta la fuente original. Estas reuniones de coordinación y trabajo de bordado para elaborar una gran arpillera conmemorativa, que retrate los momentos más importantes de la historia compartida de una comunidad de bajos recursos, son la excusa para que estas tres maduras mujeres nos regalen una lección de solidaridad, empatía y amistad.

Las actrices Milena Alva (María Luisa), Olga Bárcenas (María Esther) y Myriam Lértora (Rosa), como las veteranas arpilleristas, llenan el escenario con sus historias de desencuentros y reconciliaciones, con total ausencia de figuras masculinas y en medio de romances otoñales, migraciones forzadas y recuerdos dolorosos, mientras las tres esperan a la directora Maruja. Telba, en este inspirado reestreno tardío de Tres Marías y una Rosa, 39 años después, rinde un merecido homenaje al arte de las arpilleras, que decoran de manera espectacular el escenario, en una historia que evoca el pasado para construir una trama de nostalgia, memoria y transformación.

Sergio Velarde

10 de abril de 2025

No hay comentarios: