Pasión, riesgo y el teatro independiente en Barranco
El Teatro Barranco presenta cada miércoles por la noche la temporada de obras Kortas, una propuesta que reúne cuatro microobras teatrales de distintos estilos y agrupaciones independientes, ofreciendo al espectador una experiencia diversa y entretenida. Esta temporada busca acercarnos al teatro independiente nacional mediante formatos breves pero significativos.
Confesiones desde el escenario: La noche inicia con Dos actores se confiesan, una obra que, en formato de stand-up, expone los desafíos de ser actor en el Perú. Dos intérpretes relatan sus vivencias, estigmas y frustraciones al intentar vivir del arte escénico. Aunque la propuesta aborda temas relevantes, su ejecución técnica presenta debilidades. La escenografía carece de una estética definida, la iluminación no logra una transición clara entre escenas y los cambios espaciales se sienten poco coordinados. El vestuario neutro permite versatilidad en los personajes, pero la falta de elementos escénicos exige una técnica vocal y corporal que no siempre se sostiene durante la representación. A pesar de estos detalles, los actores logran momentos de conexión auténtica con el público. En escena: Luis Lévano y Nicolás Bullón.
Una noche para decirnos todo: Continuamos con ¿Por qué tienes que ser hombre?, una historia de secretos y vulnerabilidad entre dos amigos y vecinos: él, enamorado de ella; y ella, lesbiana. La obra despliega con sutileza los conflictos emocionales entre los personajes durante una noche intensa. La escenografía nos indica que los eventos se desarrollan en el departamento de Marcelo; además, con el apoyo de elementos audiovisuales que contextualizan el espacio escénico. La iluminación se adapta con eficacia a los cambios en la historia, aunque sucede en pocas ocasiones y sin establecer una convención con el espectador, funciona para generar impacto deseado. El vestuario en blanco y negro refuerza el vínculo entre los personajes. Las actuaciones son honestas y logran empatía con el público. En escena: Marcelo Prado y Pau Simons.
Comedia sin filtro: Después se presenta La tinta del coronel, una obra cargada de humor y un estilo no realista que cautiva desde el inicio. El uso de material audiovisual establece la convención escénica de forma clara, lo que permite una conexión inmediata con el público, reflejada en sus risas y constantes reacciones. La propuesta visual es coherente, con una escenografía efectiva y una propuesta musical e iluminación bien integradas. El vestuario y la utilería aportan información relevante sobre los personajes y el argumento. Las actuaciones destacan por su ritmo, versatilidad y dominio del estilo propuesto. En escena: Norka Ramírez y Viviana Andrade.
Amor sin garantías: Finalmente, la noche cierra con El beso de Afrodita, una historia que presenta el encuentro entre un alumno, que ha dejado de creer en el amor, y la diosa griega. La obra inicia mediante una narración en off, que contextualiza la escena. Luego se apoya en proyecciones, iluminación y utilería que sugieren el espacio donde ocurre la acción. Aunque el diseño espacial mantiene cierta ambigüedad, esto permite que cada espectador imagine libremente el entorno de los personajes. La obra rompe la cuarta pared e involucra al público, generando una experiencia cercana. Sin embargo, por momentos, la representación se torna redundante, lo que afecta la coherencia del relato. A pesar de ello, la propuesta se sostiene por su intención reflexiva en torno al amor. En escena: Celeste Villar e Israel Coello.
Rubén Aquije
10 de abril de 2025
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