lunes, 7 de abril de 2025

Crítica: PADRE, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?


La disyuntiva de Jesús

La obra que en esta ocasión nos trae Piere Lugo, quien no solo la escribió y dirigió sino que también interpretó al personaje de Jesús, se presenta como un esfuerzo por romper las convenciones del teatro tradicional, utilizando el movimiento corporal y la danza como medios primordiales de expresión. A lo largo de la función, se intenta crear una atmósfera abstracta y experimental, en la que la narrativa se despliega a través de gestos y posturas más que mediante el diálogo o, en todo caso, este último igual iba acompañado de gestos y movimientos bastante llamativos.

Se nos cuenta la travesía que emprende Jesús al encontrarse en una disyuntiva junto a dos apóstoles: Andrés, interpretado por Roberto Diaz; y Pedro, por Anthony De La Torre. Abandonado por la voz de su padre, Jesús se debate en cuál debería ser su siguiente decisión: si huir o atacar a los que lo persiguen, tanto a él como a sus creyentes. Esta disyuntiva se expresa en los primeros momentos de la obra y ayuda a enfatizar el debate interno que enfrenta el protagonista por su condición humana y ante el abandono de su padre. Ciertamente se aplaude el intento de querer traer de nuevo estos temas religiosos sobre el escenario para reencontrar al público con este lado que no es muy común en el repertorio nacional actual, y quizás pretender reflexionar sobre ello o intentar despertar en el público un sentimiento de empatía por Jesús.

Un aspecto que se destaca de manera positiva es el uso del espacio y la iluminación. La escenografía, aunque minimalista, se aprovecha con habilidad para transmitir diversas sensaciones. Las luces juegan un papel esencial en la creación de ambientes cambiantes; en momentos de tensión, la luz tenue y las sombras alargadas parecían envolver a los personajes, acentuando su aislamiento emocional. En contraste, en escenas de calma, la luz suave resaltaba la vulnerabilidad de los mismos. Esta alternancia en los efectos de luz contribuyó a la atmósfera.

Sin embargo, uno de los puntos débiles de la obra es su narrativa, que carece un poco de claridad. A pesar de los intentos por ofrecer una experiencia sensorial más que intelectual, el hilo argumental se pierde. Ciertas partes de los diálogos y las transiciones abruptas dificultan el entendimiento de la obra. 

En conclusión, aparte del buen uso del espacio y la iluminación, la obra presenta una propuesta innovadora al intentar fusionar danza y teatro experimental, pero que aún le quedan ciertos aspectos por pulir y seguir mejorando para que pueda tener una mayor llegada al público.

Barbara Rios

7 de abril de 2025

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