La voluntad en tiempos difíciles
¿Vivimos nuestra vida a voluntad propia o
ya somos presas del poder? ¿Asumimos las consecuencias de nuestros actos o se
las adjudicamos a un Designio? A un
alto mando, astro, tradición, imagen o idea. Realizando aquello que creemos es
para lo cual hemos nacido, ¿somos libres en ese camino?
En esta oportunidad, pareciera que sí. A
manos de la destacable voluntad de La Causa Teatral, compañía de artistas
peruanas y peruanos que vienen desde Argentina para hacer teatro y cuestionar
las fuerzas del poder, ese que se consigue a través de muertes y traiciones. No
sabemos si sea por un designio o no, pero siempre es admirable la labor de
arriesgarse a crear y sobre todo, retornando a su patria. Siendo inevitable
ubicar en esta historia que plantea un mundo ficticio onírico de santeros y
brujos, muy parecido a la realidad que nos supera por lo cruel que puede llegar
a ser, la situación política actual por la cual se encuentra atravesando el
país.
Y es que, a partir del amor, poder y por denominarlo
de cierta forma, destino, se nos presenta a una Macbeth que puede evocar a Shakespeare;
no obstante, se mantiene fiel e independiente a través de una propuesta
escénica peculiar con ciertos aspectos del absurdo y trabajo físico
justificado, obteniendo detalles tragicómicos. Siendo así que esta compañía nos
cuestiona sobre nuestras almas, cómo la vida se nos va de las manos y alerta que
hasta un grato saludo puede apuñalarnos.
Probablemente un conocedor de teatro
ubicaría rápidamente a los personajes en relación a la famosa tragedia de Macbeth; no obstante, esta compañía ha atinado
por resolver estas cuestiones desde una perspectiva femenina. Permitiendo que sea
el público que asista al espectáculo quien ubique, por ejemplo, la ambición del
poder, -entre otros- en cualquier tipo de situación. De esta manera, tras la
anagnórisis de la antagonista de la historia, se deja al espectador con un deseo
de querer saber más, removidos tal vez por una identificación o por una llamada
“de atención” a la revisión de la voluntad.
Así pues, la propuesta escénica se vale de
simbolismos, del lenguaje absurdo y de personajes que mediante la repetición
progresiva abordan la muerte, la ambición y la pérdida de la voluntad. Temas
que, gracias al manejo corporal bien resuelto combinado a la luminotecnia, audio
y danza componen un mundo que existe bajo distintos designios. Gracias a Mirella
Ibáñez y Danna Murillo, actrices fuertes y la vivaz labor de Irvin Meza,
quien pone en jaque al reconocido Carlos Victoria en faldas.
Conny
Betzabé
7 de febrero de 2023
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