viernes, 25 de noviembre de 2022

Crítica: QUEMAR EL BOSQUE CONTIGO ADENTRO


Fuego y violencia

Luego del notable unipersonal Trucos para ver en la oscuridad, la dramaturga y directora Mariana de Althaus no defrauda con su última propuesta escénica Quemar el bosque contigo adentro en el Teatro de la Alianza Francesa de Lima, un montaje hermoso, hipnótico e intrigante, que se arriesga en tocar múltiples temas, entre terrenales y sobrenaturales, y que consigue no solo abordarlos de manera estilizada, con abundantes metáforas sensoriales, sino que además ofrece un poderoso mensaje de alerta hacia una sociedad violenta, abusiva, ciega, desmemoriada  y profundamente tradicional, en el peor sentido de la palabra.

Recluidas por voluntad propia en un bosque, tres mujeres de una misma familia, pero de diferentes generaciones, deben lidiar con serios problemas mundanos y algunos asuntos ultraterrenales: la abuela (Grapa Paola) ve solo fuego en sus lecturas de cartas, la madre (Alejandra Guerra) es amenazada de muerte por haber denunciado a un profesor violador y la hija (Macla Yamada) solo quiere huir de ese lugar con su padre (Lucho Cáceres), quien aparece de manera sorpresiva. De Althaus acierta en componer un sólido cuadro familiar, para nada atípico, pues los conflictos entre madres e hijas, entre hijas y padres, o entre exparejas son siempre los mismos, aun permaneciendo estos inmersos en el bosque.

Los elementos simbólicos están muy cuidados, con figuras humanas con cabezas de animales apareciendo ocasionalmente, sospechas de familiares muertos por combustión espontánea y algunos fantasmas siendo percibidos por las mujeres. Todo ello sin restarle un ápice de relevancia al drama humano de los cuatro conflictuados personajes, perturbados por una sociedad que parece no estar dispuesta a sanar y además, brillantemente interpretados por el elenco. De Althaus supera incluso su propia incursión escénica con elementos fantásticos, como lo fue El lenguaje de las sirenas (2012). Quemar el bosque contigo adentro es una sólida apuesta por retratar la violencia de una manera tan lírica como perturbadora.

Sergio Velarde

25 de noviembre de 2022

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