miércoles, 2 de septiembre de 2020

Colaboración regional: LOS CÓMICOS DE LA MEDIA


El debate está abierto

Trashumantes iban los cómicos de la legua, brindando siempre su arte a cuanto lugar tenían a bien llegar. Procurando recoger al final de cada función monedas, cobres, chelines.

La voluntad y necesidad mantenía a estos actores dando saltos de pueblo en pueblo allá por el Renacimiento. Las gentes a tropel venían de sus hogares con sillones, sillas, almohadas, y hasta capas dobladas que servían para alivianar el dolor de las posaderas contra el suelo, tan solo para ver a los actores.

Hoy la figura, si bien ha mutado en forma, mantiene intacto el fondo. La legua, recorrida a pie o a lomo de bestia, ahora se ha transformado en una media (… una social media) que hay que saber trasegar y navegar.

Los actores continúan actuando, de aquí para allá, en Zoom o Meet, o en cuanta nueva aplicación aparezca; el público, desde su hogar, recibe a estos nuevos itinerantes, igual de cansados, pero también igual de habidos por ganarse el pan mediante su arte.

La web, las redes, la media han sido (para muchos siguen siendo) terrenos inhóspitos e inexplorados, sin mayor interés que el de la publicidad masiva y gratuita que pudieran darnos los likes y compartidas en las fotografías de nuestras obras, afiches y afines; pero dar por estos medios talleres y hasta ofrecer funciones era una idea impensable hasta hace algunos meses. La tecnología que acabamos de descubrir, los programas de transmisión, plataformas de stream y cobro virtual, ya tienen buenos años de estar inventadas, sin que despierten en nosotros mayor interés y sin embargo, en menos de medio año, muchos ya son diestros en su uso, ganando algún dinero, que si bien es poco, es alguno por lo menos.

Muchos teatreros, ante la crisis, han debido dejar el confort de su cotidianidad teatral, esa que se desarrollaba en algún espacio geográfico determinado, y trashumar ahora por el Internet, migrando sin poner un pie fuera de casa.

¡Los comentarios no se hicieron esperar!

Algunos tras incursionar, tan solo unos meses, en este nuevo medio afirmaban que era el siguiente paso, que el teatro quedaría relegado y rezagado al olvido cuando aparezca la realidad aumentada, que esta era una nueva forma de hacer teatro, bautizándola como teatro virtual.

Los otros, evidentemente, lo negaron. Sostenían que el teatro podría realizarse solamente bajo las bases de una reunión social, que el teatro virtual no era más que un remedo, una ilusión, un paliativo.

El debate está abierto.

La realidad nos ha mostrado, más allá de la discusión terminológica y filosófica sobre lo que es o no es este fenómeno, que el artista es un ser inquieto, con necesidad de encontrar la rendija por la cual asomar su arte; que el actor va a actuar, sea como sea, venga lo que venga.

Aplaudo con entusiasmo a aquellos que, sin tener claro el camino, se aventuraron a caminar por la media para llevar su arte a la casa de quien quiera verlo, otorgando como siempre, una sonrisa, una pregunta, una función.

Mauricio Rodríguez- Camargo

Arequipa, 2 de setiembre de 2020

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