sábado, 10 de agosto de 2019

Crítica: UNA PEQUEÑA GUERRA DE INDEPENDENCIA


Por una justa revolución

El teatro independiente continúa renovando sus propuestas; precisamente, una de ellas es la obra ganadora del Festival Sala de Parto 2014: Una pequeña guerra de independencia, que está por terminar su breve temporada en el nuevo Teatro Julieta.

Sala de Parto y Colectivo Imaginario se unen para darle vida al texto escrito por Cinthia Delgado, bajo la dirección de Dusan Fung. Ahora bien, respecto a la trama: Justo Ramírez (Pold Gastello) guarda el gran anhelo de tener su propia agua, mejor dicho, un manantial del cual proveerse de ella sin intermediarios (como la Autoridad del Agua). Para ello necesitará la ayuda de su hijo, Bernardo (Carlos Daniel Salazar), quien con cierto reparo, será el cómplice perfecto para crear una máquina abastecedora de agua, y así poder rebelarse ante la opresión de la empresa distribuidora, y claro está, de los recibos a fin de mes. Pero lograr el objetivo no será tarea fácil, pues un representante de la empresa que controla el abastecimiento del agua –personaje interpretado por Armando Machuca-, intentará persuadirlos para no salir del sistema; aunado a ello, los problemas para independizarse y generar su propia fuente de agua serán algunos de los obstáculos que deberán sortear, entonces, llega una nueva ¿aliada? Sol (Anahí de Cárdenas - Anaí Padilla), una joven fanática de la luz, quien podría ayudar a Justo y a su hijo a lograr semejante hazaña para liberarse del status quo.

Un escenario limpio, solo con algunos elementos: un marco de puerta, un teléfono, una estructura circular, los cambios de vestuario al costado del escenario, entre otros objetos que poco a poco irán revelando los personajes (algunos imaginarios como la máquina de agua), mismos que se matizan con el fondo musical noventero (y de otras épocas). Las acciones trascurren mediante el juego y el movimiento constante como ejes principales, además se percibe una energía potente en cada escena que se sostiene a lo largo de toda la puesta. Los gags se utilizan con precisión y pertinencia, complementando los momentos divertidos y aportando a la dinámica ágil del montaje.

Si bien la puesta es una comedia, esta contiene un trasfondo real acerca de la búsqueda incesante de la libertad, así como el tema del manejo de un recurso natural tan importante como es el agua, sobre todo en los tiempos que corren, donde las protestas (internas y externas), por su conservación sumado a la inminente escasez del mismo en algunos lugares del planeta, nos lleva a reflexionar y a cuestionarnos desde una butaca. Los sentidos monólogos que interpreta Gastello son secundados por cada uno de sus compañeros, un elenco compenetrado, sólido y generoso en escena.

Una pequeña guerra de independencia es la historia de un hombre más que soñador, revolucionario en sus ideales, pues como bien decía Justo: “[…] El agua es un derecho, no un producto […]”; así como él, cada uno nosotros batalla con su propia guerra, quizá, para ser un poquito más ‘libres e independientes’.

Maria Cristina Mory Cárdenas
10 de agosto de 2019

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