sábado, 10 de agosto de 2019

Crítica: EN MUCHOS LUGARES DEL MUNDO, CON LOS PIES MOJADOS y SUYAPA


Anticipada reconciliación

Primero que nada: no puedo negar mi inicial reticencia hacia el microteatro. Fundado por Miguel Alcantud en el 2009, bautizado como “Microteatro: Por dinero”, ocupando trece habitaciones de un prostíbulo abandonado en la calle Ballesta en Madrid, este formato nació por la necesidad de tantos artistas españoles en contar con un espacio alternativo para presentar sus propuestas independientes, frente a las salas comerciales con programación fija. Sin embargo, el presentar microespectáculos de 10 a 15 minutos en espacios reducidos, tratando de lograr atmósferas, personajes e historias complejas y atractivas estéticamente, y cobrando un precio que bien podría pagar un estudiante o un jubilado por un espectáculo de una hora o más, generó y genera hasta ahora una entendible polémica. Entonces, ¿representará realmente el exitoso Microteatro de Barranco aquella necesidad imperiosa de dramaturgos, productores, actores y directores por sacar adelante sus espectáculos independientes frente a un cerrado e inexpugnable circuito teatral limeño? ¿Lo será acaso cuando en su misma página web se autodenomina literalmente como un “espacio gastronómico” antes que uno “de teatro, arte y música”, todo en un mismo lugar? Acaso la entrevista de sus responsables, concedida a nuestro Decano de la Prensa Nacional en 2015, eche luces sobre el asunto.

Pero siempre llega el tiempo para la redención: “Microteatro: Por los ke tuvieron ke partir” resulta ser toda una sorpresa, cuando la inobjetable calidad artística de los involucrados está al servicio de contundentes historias de formato corto que remueven al espectador, cada una a su particular estilo, en su pertinente propósito de poner en el tapete la absurda xenofobia que sufren aquellos seres humanos que por aquellos azares de la vida y el destino terminan en tierras foráneas. De los diez textos escogidos, Oficio Crítico alcanza a ver En muchos lugares del mundo, con la dramaturgia y dirección de la peruana-venezolana Kathy Serrano; Con los pies mojados del dramaturgo uruguayo Fabián Silva, con la dirección de Koky Málaga; y Suyapa de la mexicana Jessica Canales, bajo la dirección de Tirso Causillas. Durante solo 15 minutos, cada una de estas micropiezas nos hace olvidar no solo todo lo que sucede en el relajado, cómodo y gastronómico ambiente de recepción, sino que nos sumerge en historias de migrantes víctimas de discriminación y violencia física y psicológica.

Las interrogantes se caen de maduras: ¿Qué se lograría al profundizar cada uno de los conmovedores testimonios reales de violencia hacia los migrantes que nos presentan, de manera tan diestra y cautivante, Ángela Mesa y Alaín Salinas en En muchos lugares del mundo? ¿Acaso la historia y la atmósfera sobrenatural que les toca vivir a los dos funcionarios de migraciones frente a un singular joven español en Con los pies mojados, ejecutadas sin tacha por Gonzalo Whitehead, Esteban Philips y Alberto Vidarte, no podrían conseguir 60 minutos de buen teatro inspirado en “La Dimensión Desconocida”? ¿Cómo sería una hora o más de este mano a mano entre los cuerpos, voces, lágrimas y sudores en carne viva de Sylvia Majo y Sammy Zamalloa, envueltos en penumbras con ocasionales destellos de luz, durante este desgarrador interrogatorio psicológico que nos ofrece Suyapa? Si ya sucedió con Zoocosis (2018), escrita originalmente para 20 minutos por Emilie Kesch y Paola Terán, y extendida a una hora y media de eficiente espectáculo; o está por suceder con la Roxy de Cristhian Palomino, reina indiscutible del Microteatro de Barranco, que “amenaza” con volver en un montaje de largo aliento, entonces la esperanza no está perdida. Esta temporada de “Microteatro: Por los ke tuvieron ke partir”, con la inspirada producción de Igor Olsen en colaboración con ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), no solo reconcilia hasta al más necio detractor de este microformato: debe ser el germen para que se gesten sólidos espectáculos macroteatrales a futuro que aborden, con la misma responsabilidad mostrada, este tema tan álgido y que lamentablemente nos desdibuja como habitantes de este mundo (in)civilizado.

Sergio Velarde
10 de agosto de 2019

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