miércoles, 31 de mayo de 2017

Crítica: TU MADRE, LA CONCHO

Porque lo digo yo

Aunque los años pasen, siempre los hijos serán los bebés de mamá. Guste a quien le guste. “Tu madre, la Concho”, comedia costumbrista peruana escrita por Angelo Condemarín y dirigida por Paola Vicente, es una obra fresca, divertida y dinámica que te atrapará de inicio a fin. Cuenta con las actuaciones de Claudia Dammert, Sonia Seminario, Claudio Calmet y Lia Camilo; y la temporada va hasta el 11 de junio en el Teatro Centro Cultural Ricardo Palma. Nuestro personaje principal será nuestra amada Concha, una madre amorosa pero demasiado controladora y protectora. 

La obra comienza con las dudas de Concho, al enterarse de que su hijo Mariano tendrá que viajar. Es así que junto a su madre, la abuela Clementina, y la ayuda de su hija Catalina, buscarán la manera de persuadir a Mariano para que este desista de la idea de viajar con la única finalidad de que su hijo se quede a su lado. Lo curioso de esta obra es que el hijo intenta escapar, no de su casa sino de su madre, abuela y hermana que viven con él, ya que siente que es tiempo de independizarse. Pero no puede, porque se siente condicionado por la mujer que le dio la vida.

“Tu madre, la Concho” es una puesta reflexiva, donde se nos enseña que la soledad no debe ser motivo para impedir que un hijo llegue tan lejos como pueda hacerlo; refleja además, un amor maternal tierno pero a la vez toxico; y deja un mensaje a los padres para que dejen crecer a sus hijos y que estos asuman su propia vida. Se trata de un montaje bien trabajado que cuenta con un gran elenco. Por otro lado, me asombra el talento innato de estas dos grandes actrices que son Claudia Dammert y Sonia Seminario, ya que a pesar de su mayoría de edad siempre nos sorprenden y nos dejan con ganas de más. La conexión que hay entre todos los actores es genial:  uno no para de reír y también de llorar en algunas escenas.

Me sentí identificada con el papel de Catalina, la hermanita molestosa y metiche, que en vez de ayudar a su hermano lo ponía en aprietos. Sentí lastima por el personaje de Mariano y la impotencia que sentía por no mantenerse firme al tomar su decisión. También odié a su madre, pero entendí que por más amor que Concho decía tener hacia él, solo lo convertía en un parasito. Aunque no lo creamos hoy en día, hay muchos padres que luchan para que sus hijos ya mayores de edad se vayan de casa y se independicen. Espero que esta obra les sirva como reflexión para aquellas personas que les gusta vivir a cuestas de sus padres: dejen de hacerlo y entiendan que a cierta edad, los padres necesitan que sus hijos mayores cuiden de ellos y no viceversa.

Solo me queda agradecer por esta historia tan edificante y brillante, la cual disfruté mucho.

María Victoria Pilares
31 de mayo de 2017

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