viernes, 18 de enero de 2013

Entrevista: NICOLÁS FANTINATO

“Sólo hay dos tipos de teatro, el vivo y el muerto”

“Mi primer encuentro con el arte fue en el colegio, pero a través del canto”, recuerda Nicolás Fantinato, ganador del premio de público al Mejor Actor de Comedia por Le Petit Pan Pan. “Tenía la voz aguda y mi profesor de canto en el colegio San Genaro me daba esperanza; pero finalmente la lleve al tono grave y no la cultivé”. Ya en la Universidad de Lima, y a pedido de su padre, llevó el curso de Desarrollo de la Personalidad a través del Teatro, para conseguir vencer su timidez. “Me animé a estudiar teatro y fue así que estuve 3 años en el Centro Peruano de Teatro, dirigido por Eduardo Navarro”. Nicolás asegura haber aprendido allí lo básico, a impostar la voz y a tener la confianza de estar en el escenario. “Posteriormente llevé otros talleres, y sin querer fui conociendo a mucha gente”.

Nicolás trabajó formalmente como actor con el grupo Splash de Danae Saco Vértiz. “Hacía del payasito Mondonguito en El Circo”. Sobre su directora en aquella ocasión, Eugenia Ende, recuerda que le decía que “hiciéramos todo con verdad, que no tratemos a los niños como tontos, como seres inferiores.” En comedias para adultos, Nicolás trabajó por primera vez con Sétima Scena en la obra El avaro de Molière. “Lo más bonito de esa experiencia fue que interpretaba a un personaje muy mayor (Harpagón) y cuando me quitaba la peluca en el saludo final, el público se sorprendía con lo joven que en realidad era”. Y en drama, actuó en Los árboles mueren de pie de Alejandro Casona, al lado de Anabella Flores. “Recuerdo que tuve una gran compenetración con ella en escena”. Sin embargo, Nicolás considera que es un actor inclinado indudablemente hacia la comedia.

“En 1999 conocí a Luis Gustavo Gonzáles (director del grupo Puesta), a través de David Carrillo”, recuerda Nicolás. “Hicimos la obra Rosas y Jacintos de Sergio Arrau, y después empezamos a investigar la técnica Claun”. La primera obra claun de Nicolás con el grupo Puesta fue Dr. Gen, y afirma que “fue la primera obra en claun propiamente dicha”. También tuvo la oportunidad de trabajar con Osvaldo Cattone en la obra Made in Peru, inspirada en la película Full Monthy. “Era la primera vez que me desnudaba, recuerdo que tenía mucha vergüenza, pero finalmente logré hacerlo”. Sin embargo, Nicolás afirma que al espectáculo no le fue como esperaban, ya que debió enfocar su promoción en otro sentido. Made in Peru no trataba solo de un streap tease, tenía toda una reflexión sobre la parafernalia política de ese momento”.

Nicolás también participó en numerosos espectáculos de improvisación como Noches de Impro, Improvisaciones Mínimas e Impro de Miércoles. “La improvisación aviva los sentidos”, refiere. “Por supuesto, sin extralimitarse, pues el texto corre el riesgo de desfigurarse, de volverse bufonesco; es importante no payasear”. Recuerda que en un inicio participó con otros actores en Ketó y que se concentraban en armas historias y siempre perdían al enfrentarse con el equipo de Pataclaun. “Lo que sucede es que ellos apuntaban a hacer reír, siempre iban a la broma, no apuntaban a la dramaturgia dentro de la improvisación”.

Entre los múltiples proyectos que tiene Nicolás para este año 2013 figuran el de dirigir La Cena de los Idiotas de Francis Veber, espectáculo en el que también tendrá un personaje pequeño; y la pieza infantil Un cuento de cuentos de Lily Boza; luego actuará en los musicales La Novicia rebelde, dirigida por Jean Pierre Gamarra en mayo; y en octubre en Los Locos Addams, dirigida por Doménico Poggi. Y en agosto estará bajo la dirección de Patricia Romero interpretando a un pequeño niño en Mimi y el Monstruo de la noche, en el nuevo Teatro de la Universidad Pacifico. Además de emprender una nueva aventura claunesca de la mano de Luis Gustavo Gonzales, nuevo montaje del grupo Puesta, a estrenarse en agosto en el CAFAE.

“Considero que existen dos tipos de teatro, el teatro vivo y el teatro muerto: en el vivo, los actores se escuchan, viven el momento, ayudando al compañero o sacando provecho del error; en cambio en el muerto, los actores solo se dan la letra sin importar que o como lo dijo”, concluye.

Sergio Velarde
18 de enero de 2013

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