"Un director me debe hacer salivar"
Uno de los actores más completos del medio es, sin duda, Raúl Durand, quien viene realizando una discreta pero prolífica labor como intérprete en numerosas obras de teatro. Una de las últimas puestas en escena que realizó fue la premiada Lock Out, ganadora del X Festival De Teatro Peruano Norteamericano y del premio a la Mejor Obra del 2010 por El Oficio Crítico, escrita por César Vallejo y dirigida por Carlos La Rosa. “Tuve muy buenos maestros de teatro”, nos cuenta Raúl. “Rocío Antero, Augusto Casafranca, Willy Pinto, Lucho Ramírez y en especial, Carlos Riboti, en dos talleres montaje que hice con él: Incas Trágicos, en el que interpreté a Huascar; y El infierno, basado en La Divina Comedia; ambos montajes con propuestas físicas muy interesantes”. Si bien no es director, sí ha dirigido muestras para talleres o diversos trabajos por encargo de ONGs con actores aficionados.
Raúl sólo pone una condición para aportar su talento a algún proyecto: “Un director me tiene que hacer salivar”, afirma sin titubeos. “Tiene que motivarme, debe hacer que quiera pagar por llegar al ensayo, que le tenga hambre a la obra”. Y es que para él, un director además de motivarlo, debe tener las cosas claras y absolver cualquier duda que se le presente; de lo contrario, pierde fe en el proyecto y ya no arriesga del todo en el proyecto. “Hubo casos en los que la propuesta inicial era muy buena, pero el director no me motivaba, trato de evitar estar en esas obras”.
Sus trabajos en escena
Entre las obras en las que Raúl participó y que recuerda con más cariño figura, además del trabajo realizado con Riboti, la puesta en escena de Oye para siempre con el grupo Cuatrotablas. “El montaje no me gustó del todo, pero sí todo lo que generaba con el público”, recuerda. Asegura haber recibido muchos comentarios positivos de los espectadores, así como haber sentido una mayor trascendencia en su influencia con determinadas personas. “Algunos espectadores me decían que gracias a la obra amaban más al Perú; y otros sentían que el teatro les gustaba ahora mucho más”, recuerda orgulloso.
“Y por supuesto, me encantó hacer Lobo, ¿qué estás haciendo? (obra familiar escrita y dirigida por Patricia Denegri)”, por la que Raúl ganó el premio al Mejor Actor del 2010 por El Oficio Crítico. “Los directores de teatro infantil asumen que debe haber más movimiento en escena para llamar la tención del niño”. Para Raúl, se trató de una buena oportunidad para poder desplegarse físicamente en el divertidísimo papel de un temeroso Lobo que huye de la Abuela de Caperucita, proponiendo los desplazamientos en el espacio junto a los demás actores, siempre bajo la aceptación de dirección. “Me considero un actor con mayores recursos en obras para niños”, afirma.
Por el momento, Raúl se encuentra abocado a los ensayos del inminente reestreno de Lock Out en el Auditorio de la Alianza Francesa en el verano, así como también al dictado de un Taller de Creatividad a un grupo de profesoras de un nido. “También tengo pendiente una obra en la que interpretaría a don Quijote, pero aún estamos en conversaciones”, nos comenta. “Tengo bastante flexibilidad en mi tiempo para poder dedicarme a más proyectos, sólo me queda esperar”. Y por supuesto, deseamos que logre encontrar propuestas que despierten su interés y así poder ver a este intérprete más seguido en las tablas.
Sergio Velarde
05 de enero de 2011
Uno de los actores más completos del medio es, sin duda, Raúl Durand, quien viene realizando una discreta pero prolífica labor como intérprete en numerosas obras de teatro. Una de las últimas puestas en escena que realizó fue la premiada Lock Out, ganadora del X Festival De Teatro Peruano Norteamericano y del premio a la Mejor Obra del 2010 por El Oficio Crítico, escrita por César Vallejo y dirigida por Carlos La Rosa. “Tuve muy buenos maestros de teatro”, nos cuenta Raúl. “Rocío Antero, Augusto Casafranca, Willy Pinto, Lucho Ramírez y en especial, Carlos Riboti, en dos talleres montaje que hice con él: Incas Trágicos, en el que interpreté a Huascar; y El infierno, basado en La Divina Comedia; ambos montajes con propuestas físicas muy interesantes”. Si bien no es director, sí ha dirigido muestras para talleres o diversos trabajos por encargo de ONGs con actores aficionados.
Raúl sólo pone una condición para aportar su talento a algún proyecto: “Un director me tiene que hacer salivar”, afirma sin titubeos. “Tiene que motivarme, debe hacer que quiera pagar por llegar al ensayo, que le tenga hambre a la obra”. Y es que para él, un director además de motivarlo, debe tener las cosas claras y absolver cualquier duda que se le presente; de lo contrario, pierde fe en el proyecto y ya no arriesga del todo en el proyecto. “Hubo casos en los que la propuesta inicial era muy buena, pero el director no me motivaba, trato de evitar estar en esas obras”.
Sus trabajos en escena
Entre las obras en las que Raúl participó y que recuerda con más cariño figura, además del trabajo realizado con Riboti, la puesta en escena de Oye para siempre con el grupo Cuatrotablas. “El montaje no me gustó del todo, pero sí todo lo que generaba con el público”, recuerda. Asegura haber recibido muchos comentarios positivos de los espectadores, así como haber sentido una mayor trascendencia en su influencia con determinadas personas. “Algunos espectadores me decían que gracias a la obra amaban más al Perú; y otros sentían que el teatro les gustaba ahora mucho más”, recuerda orgulloso.
“Y por supuesto, me encantó hacer Lobo, ¿qué estás haciendo? (obra familiar escrita y dirigida por Patricia Denegri)”, por la que Raúl ganó el premio al Mejor Actor del 2010 por El Oficio Crítico. “Los directores de teatro infantil asumen que debe haber más movimiento en escena para llamar la tención del niño”. Para Raúl, se trató de una buena oportunidad para poder desplegarse físicamente en el divertidísimo papel de un temeroso Lobo que huye de la Abuela de Caperucita, proponiendo los desplazamientos en el espacio junto a los demás actores, siempre bajo la aceptación de dirección. “Me considero un actor con mayores recursos en obras para niños”, afirma.
Por el momento, Raúl se encuentra abocado a los ensayos del inminente reestreno de Lock Out en el Auditorio de la Alianza Francesa en el verano, así como también al dictado de un Taller de Creatividad a un grupo de profesoras de un nido. “También tengo pendiente una obra en la que interpretaría a don Quijote, pero aún estamos en conversaciones”, nos comenta. “Tengo bastante flexibilidad en mi tiempo para poder dedicarme a más proyectos, sólo me queda esperar”. Y por supuesto, deseamos que logre encontrar propuestas que despierten su interés y así poder ver a este intérprete más seguido en las tablas.
Sergio Velarde
05 de enero de 2011
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