jueves, 24 de abril de 2008
Crítica: LA NONA
Un clásico contemporáneo sin pierde
El III Festival UCSUR de Teatro Internacional sirvió de marco para apreciar el trabajo del Grupo Teatral de la Universidad Privada Antenor Obrego de Trujillo con el montaje de La nona, un clásico contemporáneo del argentino Roberto Cossa, bajo la dirección de Bertha Malabrigo de Vértiz. La popular pieza nos presenta la dura realidad que debe atravesar una familia de clase media baja, para llegar a fin de mes y no descuidar la alimentación de la matriarca del clan, la Nona.
Es en este personaje que el autor pone de manifiesto toda la decadencia de este tiempo, en el que la solidaridad, la esperanza y el respeto se van poco a poco extinguiendo. La Nona, presa de un apetito voraz a pesar de su dilatada edad, convive con familiares muy singulares: Marta, la hija dedicada a la prostitución; Carmelo, el padre agobiado por las deudas; María, la madre frustrada; Chicho, el insoportable haragán y Anyula, la tía humilde y servicial. Y la Nona saciará su hambre literalmente con la vida de cada uno de ellos. Humor negro en su máxima expresión.
El hecho de tratarse de teatro universitario no debe ser motivo para no comentar la puesta en escena con rigurosidad, pero se nota un buen manejo de luces y sonido, y la abundante escenografía y utilería es utilizada por los actores con mucha limpieza, permitiendo una agradecida rapidez en los cambios de escena. La nona está tan bien escrita que puede ser escenificada por una agrupación no profesional, y aún así mantener intacto su incisivo mensaje, no haciendo tan evidentes las entusiastas pero ligeras actuaciones. Como es de costumbre, el personaje principal debe ser interpretado por un actor y Miguel Lozada Pérez no lo hace mal. Sin caer en excesos, este es un digno y apreciable montaje universitario y debe verse como lo que en realidad es.
Sergio Velarde
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