lunes, 9 de enero de 2023

Crítica: PIZZA PARTY


Un musical... ¡de terror!

¿Cómo una noche de diversión se convierte en una noche de terror con mucho humor?

Tienes la casa sola, es 31 de diciembre y eres muy joven: reúnes todos los requisitos para hacer una fiesta increíble en casa, llamas a la chica que te gusta, pides unas pizzas para comer. Todo parece andar muy bien, sino fuese porque el plan, en apariencia perfecto, es interrumpido por el fantasma de una tía muy particular, que honra la música criolla y está decidida a que se cumplan sus últimas exigencias más allá de la muerte.

Pizza Party es una comedia musical que realmente tiene todos los ingredientes para pasar un buen rato: entretiene, divierte, te saca algunas carcajadas; es interesante, por ejemplo, cómo usan el concepto del tiempo que se repite cada vez que aparece el fantasma de la tía para impedir la fiesta, regresando al protagonista al instante en que empieza a planear y llama a los invitados. Es así que Julián, el protagonista, se ve condenado a repetir muchas veces ese inicio, hasta que comprenda qué es lo que la tía exige en cada repetición; esto por supuesto, acompañado de efectos prácticos que ayudan en el desarrollo de la historia.

Julián, a su vez, siempre llama a ordenar las pizzas y el repartidor también se vuelve un personaje importante en la trama, en la que se ve involucrado en este ciclo aparentemente sin fin. Cuando por fin entiende el porqué de las apariciones de la tía y se reconcilia esta con su propia historia, es cuando es liberada y todos empiezan a disfrutar de lo que ocurre.

En este instante, empieza la jarana criolla, en medio de cada escena una pieza musical cantada en vivo por cada actor y actriz, con un performance de voz bastante bueno que te hace tararear cada canción. Las luces y la paleta de colores que tiene la escena en general son bastante acertados, porque acompañan bien al contexto de lo que ocurre.

Es así como ese todo hace una buena sinergia, donde en definitiva se pasa un buen rato. Una puesta en escena diferente que se agradece.

Manuel Trujillo

9 de enero de 2023

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