domingo, 9 de octubre de 2022

Crítica: LIMPIAR LA SANGRE


Un íntimo encuentro con los orígenes

Limpiar la sangre, proyecto ganador del Fondo de Ayudas para las Artes Escénicas Iberoamericanas IBERESCENA, llegó al escenario del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Escrita y protagonizada por Nishme Súmar, esta obra testimonial y documentada nos acerca a la historia de Nishme, una mujer peruana de ascendencia palestina por el lado paterno, quien en un viaje a Palestina, buscando la casa heredada por su abuelo en un territorio ocupado por las tropas de Israel y minado por las guerras, se encontrará con sus orígenes y la herencia de un pasado que navega entre la añoranza, el miedo, el rencor, y la profunda necesidad de encontrar respuestas.

Bajo la dirección de la propia Súmar y Steven Buendía, la puesta en escena se visualiza como una suerte de ritual, con música y elementos que simbolizan la distancia y fragmentos de un país azotado por la incomprensible violencia; acompañados por el soporte audiovisual, que recorre algunos pasajes del viaje a Palestina como los reencuentros, los caminos, las vistas en inquietante calma, etc. Además, la participación especial del pequeño Vicente, el hijo de Nishme, supone un cierre en el círculo de una historia cargada de dolor, pero al mismo tiempo de esperanza, amor y reencuentro.

Limpiar la sangre, contada con honestidad y sencillez por Nishme Súmar, es un íntimo encuentro con el pasado, con las raíces, teniendo a parte del público en el escenario, detalle que simboliza la complicidad y cercanía de la narrativa, que acopla con certeza, la compleja historia del conflicto interno palestino y la singular historia familiar de la protagonista.

Maria Cristina Mory Cárdenas

9 de octubre de 2022

2 comentarios:

Unknown dijo...

La primera asociación que tuve cuando leí el título de esta obra, “Limpiar la Sangre” fue con la “Limpieza de Sangre” (c.1449 Toledo, España) aquella campaña que los españoles de la Reconquista montaron para desterrar y/o eliminar a los judíos y musulmanes que habían ocupado España por mas de 800 años, impulsados por el fanatismo cristiano para crear un territorio limpio de herejes.Lo consiguieron matándolos (el santo Santiago Matamoros todavía sigue siendo venerado en el Camino de Santiago) o expulsándolos de la tierra que los cristianos ‘reconquistaron’.

Siendo la autora Nishme Súmar de ascendencia palestina deduje que al haber bautizado así a su guión nos llevaría por senderos paralelos. Pero donde realmente nos llevó fue a Palestina para reconectar con la raíces de sus antepasados. Y así empieza el conflicto que tuve con la obra, porque si el título no aborda el leitmotiv de la producción, entonces la creación termina siendo poco convincente. Un titulo mas apropiado hubiese sido “La Herencia” o “La morada de mis antepasados”.

En Limpiar la Sangre, el enfoque es personal y doméstico. Lo que transcurre es un volver de la autora a la casa de sus antepasados en Palestina, repentinamente heredada por su padre, y quien sabiamente decide no querer saber nada al respecto. Le pasa esa responsabilidad a su hija. Este es el catalizador de Nishme para emprender un viaje al otro extremo del mundo, para ‘apagar un incendio interno’, un rezago emocional que profesa la consume tres generaciones más tarde por el éxodo forzado de sus antepasados.
Primero una cosa es decir que uno siente un incendio interno y la otra, donde reside el arte, es transmitir esa sensación a la audiencia. El único indicio de llamas en el escenario, fueron dos velitas encendidas en lo que aparenta ser una especie de altar familiar donde ella lleva a cabo una especie de ritual sobre el involuntario peregrinaje.
Segundo, tal vez el incendio son ascuas, porque la única conexión que queda con el país de origen, después de tres generaciones, es siempre la comida. La lengua original ya no la hablan, porque la generación anterior comenzó la asimilación en el país donde nacieron y empezaron el distanciamiento de su cultura. Es la primera generación la que sufrió el incendio interno.
Dejando de lado el sentimiento de añoranza y curiosidad ancestral, el mayor aliciente cuando se hereda una propiedad de la que tres generaciones no tenían conocimiento, es mayormente pecuniario.El no admitir razones ulteriores, fuerza a la audiencia a suspender su incredulidad.


Continúa…

Unknown dijo...

Presenciamos un video que registra sus encuentros cotidianos en Palestina, en sí un recuento desenfocado - pero que plasma a los Israelis como los antagonistas (un punto de vista parcial, que oculta las verdaderas razones del conflicto en el Middle East: la partición de los territorios árabes por Inglaterra y Francia después de la segunda guerra mundial, y la subsecuente explotación por ellos de los árabes y de sus recursos naturales i.e. petróleo).

El tema de conflictos políticos, del destierro, de la diáspora se remonta desde tiempos bíblicos hasta la actualidad (Venezolanos en Lima). Son temas demasiado abrumadores para expresar en el performance art, que requiere maestría en demasiadas especialidades y mas aún una visión coherente. Me viene en mente el trabajo de Mona Hatoum, que siendo descendiente de palestinos aborda temas similares con mayor autoridad y destreza.

A pesar de una dirección teatral bien lograda, con una escenografía sobria y bien presentada, la obra carece de resonancia política y social cuya ausencia es injustificable, siendo esas dos las razones que forzaron el éxodo de su parentela.
Que satisfactorio hubiese sido si el slide hubiese ofrecido esta conclusión “decidí donar toda la herencia a la Organización de Liberación de Palestina”. Y así subsanar en cierta forma la injusticia que obligó a sus antepasados a dejar su patria.
La realización interna que ofrece este bildungsroman teatral fue regresar a su mundo doméstico y darle mas calor a su hijo. Es loable y válido tomar refugio en el hogar, después de presenciar el autoritarismo y abuso a la que siguen sujetos sus antepasados. Pero su pasado demanda un punto de vista político, y sino al menos cultural y geográfico con un agradecimiento al Peru, por acoger y albergar a sus antepasados.. El contraste entre ella y las mujeres Palestinas con las cuales interactúa en el video, resalta las oportunidades económicas, educacionales y libertad de ser que le ofreció Lima - suerte suficiente creo yo, para apaciguar cualquier incendio.

Siendo el agradecimiento un paliativo a las heridas, debería ser transmitido a sus antepasados sino en escena, en el altar de los recuerdos.