sábado, 10 de septiembre de 2022

Crítica: CAPERUCITA RÍE A MEDIANOCHE


Revisión distinta del cuento clásico

En el Teatro Aforo XI en Pueblo Libre se presentó la pieza teatral Caperucita ríe a medianoche; siempre es gratificante ir a espacios alternativos apartados de las zonas usuales donde vemos arte escénico y que con tanto esfuerzo, sacrificio, corazón y empuje se llevan a cabo intervenciones teatrales donde se explora diferentes propuestas y se permite jugar un poco más con la imaginación.

En esta pieza teatral se propone una vuelta distinta al clásico cuento de la Caperucita Roja, de tal manera que unos adolescentes Caperucita y Lobo están enamorados y escapan de sus hogares juntos, y no tienen mejor idea que robarle a la abuela de la Caperucita para alcanzar un mejor estilo de vida.

Esta historia tiene, en mi opinión, el trasfondo de seguir de cerca a la adolescencia y sus inconsistencias. Por un lado, Caperucita, ingenua, empezando a vivir, muy emocional, ilusionada; y de otro lado, su pareja, Lobo, totalmente impulsivo, reaccionario, febril. Todo esto acaso reúne las características de los adolescentes, que podemos llamarlos rebeldes, hormonales, que actúan cegados por el impulso y casi son como una isla, poco comunicativos, porque en la realidad el cerebro del adolescente no está desarrollado como el del adulto. Esta falta de conocimiento hace que de inmediato los etiquetemos como hormonales o rebeldes; entonces en lugar de tratar de entender una necesidad, atacamos su comportamiento. Sumado a las condiciones económicas de estos dos personajes y familias disfuncionales, surge entonces la receta perfecta para planear su plan de fuga.

Los personajes mismos tienen poco conocimiento de lo que desean, solo irse, tomar de alguna manera el dinero de la abuela de la Caperucita y empezar otra “vida”, que ni ellos anticipan, por sus propias inconsistencias y su proceso natural, pues no profundizan más.

Es una clara referencia a lo que pasa hoy en día con los adolescentes, que no son escuchados de manera adecuada, ni tienen límites firmemente amorosos en el hogar.

El espacio, correctamente utilizado con solo unos cuantos elementos, iba cambiando y haciéndose funcional, lo cual hacía que todo recayera más en las actuaciones, las cuales estuvieron correctas.

Manuel Trujillo

10 de septiembre de 2022

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