"La naturalidad al actuar te
acerca al personaje"
Egresado del Conservatorio de Formación Actoral del
Británico,
con estudios en Bola Roja y Ketó, Tito Vega sorprendió a propios y
extraños
con una gran actuación en la comedia La Cena de los Idiotas,
la que le reportó reconocimiento por parte del público y de la
crítica,
así
como el premio al Mejor Actor de Comedia del 2013 por la encuesta de El Oficio
Crítico.
“Inicialmente
iba a ser el personaje de médico (un papel menor en la obra), pero
la ausencia de último
momento del protagonista, hizo que Nicolás Fantinato
(director de la puesta) decidiera apostar por mí”, recuerda
Tito. “En
ese momento yo tenía mucho trabajo, tenía viajes al
interior del país
y me negué;
pero Nicolás
me dijo que confiaba en mí, que sí podía hacerlo, así que
finalmente acepté.”
Antes del estreno, Tito tuvo mucho
nerviosismo por este primer protagónico. “Viajaba con mi
libreto, no podía
dormir por el compromiso asumido. Llegado el pre-estreno, los nervios me
traicionaron y todo salió fatal”. Afirma que
todos se equivocaron en mayor o menor medida, el director se molestó y los gritó. Tito entró en crisis y
pensó
seriamente en dejarlo todo y volver a su trabajo como Gerente de Ventas en una
constructora. “Hablé con mi maestra
de Bola Roja, Wendy Ramos, que me dijo que ella no es actriz de formación, pero que el
claun le ayuda mucho; me dijo que jugara y me divirtiera”. El esperado
estreno de La Cena de los Idiotas fue un éxito y Tito se
convirtió
en la revelación
del momento, ya que nadie lo conocía. "Fue una bonita experiencia, incluso
nos fuimos de gira a Arequipa”.
La actuación y el teatro
“Creo
que un actor es mejor mientras más natural y orgánico sea”, afirma Tito.
“Siendo
natural, te acercas al personaje; estoy en contra de la sobreactuación, me parece
fatal. Como actor soy muy pegado a la letra y no me agrada la morcilla”. Por otra
parte, él
espera que un director de teatro sea “aquel que te deja ser en el escenario,
que te deja proponer; algunos directores me dicen incluso cómo y cuándo me debo
parar, y cuando les comento que no lo siento orgánico, me dicen
que lo haga porque así se ve bien. Entiendo que una obra de
teatro es finalmente un producto, pero no me están dejando ser”.
Viajar a México para
actuar en la obra La ciudad y los perros, una adaptación de la novela
de Mario Vargas Llosa y dirigida por Edgar Saba, fue uno de los puntos más altos en la
carrera de Tito en el 2013. “Edgar Saba fue a verme en una comedia
que hice en Teatro Nadal y le gustó mi trabajo”, recuerda
Tito. “A
los 15 días
me llamó
a su oficina y me dijo que quería que integrara el elenco de su obra,
en reemplazo de Ricardo Velásquez. Fue una oportunidad alucinante,
entrar a una obra con el elenco ya establecido fue una gran presión para mí, yo me sentía
recontrajuzgado”.
Ricardo Blume y el mismo Vargas Llosa, que vieron el montaje en México, le
dieron muy buenas críticas a Tito.
Leonardo Torres Vilar, maestro de Tito
en el Conservatorio, le dijo que tenía un don especial para la comedia. “En un
principio me ofendí”, dice Tito. “Yo no estoy
aquí
estudiando para acabar como actor en un programa cómico. Luego entendí que
funcionaba como actor de comedia, pero eso sí, reconozco
que debo esforzarme mucho para interpretar personajes dramáticos”. Para este año Tito tiene
planeado volver con la comedia que le ha dado tantas satisfacciones, La Cena de
los Idiotas, para junio de este año. Y mientras espera el llamado para
otras producciones, se mantiene ocupado con eventos y animaciones particulares,
especialmente con su personaje claun, el Dr. Bora-Bora. “Me lo
solicitan mucho y me ha ayudado a sobrevivir cuando abandoné mi carrera.
Muchos se sorprendieron cuando dejé mi trabajo, pues lo tenía todo. Sin
embargo, de nada valía si no hacía lo que
realmente me apasiona”, concluye.
Sergio Velarde
04 de enero de 2014
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