“Siento que en la capital les falta mística a los
montajes”
Ganador del premio otorgado por El Oficio Crítico al Mejor Actor de
reparto en la categoría Drama por Bolognesi en Arica, Alain Salinas nos comenta
que es oriundo de Huaraz, que estudió teatro en la Escuela Superior de Arte
Dramático de Trujillo, y que llegó a Lima en el 2011 para estudiar en el Taller
de Actuación de Roberto Ángeles. “Estuve hasta el 2012; y el año pasado, a
través de Adriana del Águila (productora), me entrevisté con Alonso Alegría, y
acabé en la obra Bolognesi en Arica”, comenta. Su personaje de Agustín
Belaúnde, a pesar de su corta participación en escena, llegó a convencer de su
postura dentro del montaje estrenado en la Alianza Francesa.
Sobre el destacado dramaturgo y director Alonso Alegría, Alain lo
califica cariñosamente de “viejito loco”. Como ya es sabido, Alegría se demoró
varios meses para completar el texto sobre aquel capítulo de nuestro historia,
logrando un montaje con evidentes aciertos. Opina también que le agradó mucho
la frescura que Alegría quería tener en el montaje, ya que “es importante no
mecanizarse en escena ni tener marcaciones fijas, ya que de ese modo se
consiguen emociones nuevas para los espectadores y también para los actores”,
afirma.
La actuación en teatro
Alain se inició en el teatro desde los 15 años en el grupo Kuntur de
Huaraz, y percibe que la manera de hacer teatro en la capital es marcadamente
distinta. “La verdad es que en provincia no se gana plata haciendo teatro, pero
los montajes se realizan con el corazón; acá en Lima las cosas son más
técnicas, siento que les falta mística, aunque no a todos”, reflexiona. Para
Alain, el actor debe ser “un creador” y un director, “un unificador”, aunque también cree en los directores dictadores, quienes
finalmente tienen derecho a darle a sus actores su particular visión de todo el
montaje, y el actor debe estar preparado.
“Un actor de teatro debe tener un buen manejo vocal y corporal”,
refiere Alain. “Siento que esas carencias, especialmente las corporales, las
tienen los egresados de talleres y no necesariamente es malo, depende del
montaje; lo importante es encontrar un equilibrio entre los actores para no percibir sus
diferentes escuelas”. También considera que es importante hacer un riguroso
trabajo de campo. “No basta con tener una idea o ver una película, ese trabajo
es básico”. Para este 2014, Alain planea estrenar una obra con dos compañeros
en el transcurso del año, así como también regresar a Trujillo a completar
algunos cursos. “Creo que lo apasionante del teatro, es la empatía que se puede
lograr con el público”, concluye.
Sergio Velarde
28 de diciembre de 2014
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