lunes, 23 de agosto de 2021

Crítica: AMORES EN JUEGO


Sobre la exploración del amor en tiempos de pandemia: el caso de Sonder Compañía

Sonder Compañía está presentando su nueva temporada llamada Amores en juego, constituida por tres obras virtuales que buscan abordar y explorar el amor en distintas formas. La dramaturgia de este proyecto estuvo a cargo de Federico Abrill y Paris Pesantes, además de contar con la dirección escénica de Renato Medina-Vasallo, Jimena del Sante y Daniela Zea. La temporada se encuentra en formato virtual a través de la plataforma Joinnus.

INSTRUCCIONES PARA RECONSTRUIR UN CORAZÓN ROTO EN 90 DÍAS (Y UNA PANDEMIA)

Esta obra es la versión libre del texto Así se rompe un corazón roto de Abrill, bajo la dirección de Del Sante. Se cuenta la historia de Piera (Piera del Campo) y Santiago (Santiago Torres), dos jóvenes limeños que se conocen en una situación poco convencional. Es interesante cómo este texto aborda una dualidad entre el amor y el desamor en los personajes, quienes – en medio de una pandemia – tratan de lidiar con los miedos de darse a conocer a alguien nuevo. La construcción de los personajes estuvo llena de “guiños” a modas y referencias juveniles que puede provocar la empatía rápida por parte del público espectador. Un aspecto muy importante en una obra virtual – llamémoslo así-, es el lidiar con las condiciones del internet. Si bien no se puede controlar si este falla o no, es importante afrontar alguna demora o desconexión del compañero en escena. En este sentido, considero que hubo una falta de escucha en ciertas partes de la obra, lo que provocó que a veces el ritmo de la obra caiga. Sin embargo, el lidiar con estas circunstancias es un reto para las artes escénicas -desde que las creaciones escénicas ocurren en la virtualidad-, por lo que solo la práctica hará que aprendamos a lidiar con ello. Es importante resaltar que esta obra es una de las pocas que se ha atrevido a tocar el tema amor-desamor en un contexto limeño, entre personajes millennials y/o centennials.

34 FORMAS DE DECIR TE QUIERO

Se trata de la adaptación virtual de Victor Camino, con la dramaturgia de Abrill con la dirección de Zea. Stephany Orué y Nidia Bermejo les dan vida a Elisa y Andrea, una pareja que acaba de terminar de tener sexo virtual por videollamada. Ambas mujeres son casadas, por lo que sus encuentros son clandestinos e inciertos. La obra representa una conversación entre ambas mujeres, la cual terminará de definir el futuro de su relación. La construcción de ambos personajes estuvo llena de detalles, desde el vestuario elegido hasta los rangos de movimiento que cada actriz propuso. Es importante mencionar el nivel de complicidad que el espectador podía percibir de esta pareja, incluso en momentos de discusión: daba la impresión de que los personajes se conocían de toda la vida. El manejo del espacio con el que cada actriz contaba fue preciso, como la convención de mirar a distintas direcciones para indicar los diferentes planos del texto. El producto final es una justificación suficiente para confirmar que este texto es en verdad un “poema escénico”.

DONDE LAS MARIPOSAS VUELAN

Esta obra cuenta con la dramaturgia de Pesantes, bajo la dirección de Medina–Vasallo. Miki (Gerson Del Carpio) está a punto de dar una prueba artística como drag queen; antes de ello llamará a Maribel (Grapa Paola), su abuela, con quien no habla desde hace tiempo. La obra es una representación de una conversación entre ambos personajes, en la cual se pondrán en discusión miedos y prejuicios de ambos personajes. La construcción de ambos personajes estuvo repleta de detalles, lo cual permitió la construcción de un vínculo especial entre ambos. La caracterización de ambos personajes fue precisa, especialmente tratándose de lo que implica representar a un drag queen en escena: detalles como el maquillaje y el vestuario fueron claves y precisos dentro de esta representación. Si bien muchas obras optan por ser representadas en vivo, es atinada la decisión de que esta obra sea grabada previamente, dados los requerimientos técnicos que implica la caracterización de los personajes. Es interesante cómo la propuesta virtual aborda la relación abuela – nieto, especialmente en un contexto pandémico: el público se queda con una sensación de calidez al ver cómo, a pesar de la distancia, el vínculo entre ambos personajes permanece fuerte y en pie.

Esta temporada de Sonder Compañía corresponde a la necesidad urgente de proporcionar espacios escénicos – y virtuales- para explorar el amor en distintos aspectos. La investigación sensible que estas propuestas escénicas ofrecen da una sensación de calidez al espectador, quien inmediatamente conectará con cada una de las situaciones propuestas en cada obra. Es aplaudible que cada vez más compañías den la oportunidad de poner en obras de autoría nacional, las cuales ofrecen historias correspondientes al aquí y ahora peruanos.

Stefany Olivos

23 de agosto de 2021

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