sábado, 10 de agosto de 2019

Crítica: INTERRUPCIONES EN EL SUMINISTRO ELÉCTRICO


Teatro Memoria

La obra de la dramaturga Gracia Morales llegó al Perú en 2017, de la mano de NN12 interpretado por el colectivo Sala de Ensayo. Aquel montaje fue realmente impactante en el sentido visual, pues hacía uso de los juegos del tiempo en escena. Los actores se encontraban en diferentes espacios y tiempos en el mismo escenario y muchas veces coincidían los personajes para encararse o buscar una verdad que se encontraba en sus memorias o recuerdos. Morales abordó la temática de la memoria de las víctimas y sus búsquedas por encontrar la verdad, luego de episodios de violencia generalizadas, como la Guerra Civil Española en su país. NN12 se estrenó en ese año, con las actuaciones protagónicas de Reynaldo Arenas y Patty Madueño y fue una adaptación sobre la base de los episodios de violencia en Perú en los ochenta.

En esta oportunidad, con la dirección de Juan Carlos Reymundo y Neskhen Madueño, se estrenó Interrupciones en el suministro eléctrico (1999), en clara alegoría a la oscuridad de la memoria. En primer lugar, la asistencia del público fue injusta y poco numerosa, tratándose de un montaje con un gran contenido y atractivo desde cualquier punto de vista estético. El primer impacto fue la escenografía: una serie de muros distribuidos en el espacio; un par de asientos; en el piso, recortes de periódicos de la época, reseñando la temática de los desaparecidos; y al lado, una vela con una luz tenue. La acción dramática giró en torno a la búsqueda que inicia Claudia (Angélica Iturbe) tras la pista de su hermano (Gonzalo Núñez) y el conflicto que surgió entre sus memorias y recuerdos sobre la desaparición.

Se puede decir que no solo fue un montaje que abordó la memoria, sino también las complejidades del subconsciente humano. Al lado de esto, una serie de personajes frívolos que se cruzan en su búsqueda: una deportista (Úrsula Kellenberger), un adicto (Jeffrie Fuster), un negociante (Gabriel Cedrón) y un estudioso excéntrico (Joan Girón), que en la práctica estuvieron totalmente desligados del contexto de la violencia, debido a su desconocimiento o desinterés, representaron el conflicto de Claudia por encontrar empatía en otros seres humanos para que comprendan su dolor. Estos personajes la interrumpen en su dolor, pero ella se mantiene firme en su búsqueda. La escena más impactante fue el reencuentro con su hermano, donde tanto Núñez como Iturbe se lucen, pues la actuación dejó una sensación de un total desasosiego y desesperanza en el público; esto fue realmente emocionante.

Por otro lado, hablando sobre la puesta en sí, fue interesante la luz blanca sobre los personajes en ciertos momentos y la constante oscuridad que dejó la sensación de duda en todo momento. Quien destacó por su actuación fue Angélica Iturbe, logró la duda y el dolor en su personaje con mucha naturalidad, siendo estas emociones muy difíciles de alcanzar, fue realmente brillante.

Interrupciones en el suministro eléctrico estuvo en temporada corta en el mes de julio en el Teatro Mocha Graña, Barranco.

Enrique Pacheco
10 de agosto de 2019

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