miércoles, 29 de octubre de 2025

Crítica: PAYAPALUZA: SOMOS EL MUNDO


Una tarde para volver a reír como niño 

Payapaluza: somos el mundo es una obra de teatro dedicada al público infantil, aún así igual de entretenida para los adultos. Nuestros personajes, Lupe, Teclas, Velita y Papayaso forman una familia que, por medio de la música y el humor, logran conectar con grandes y chicos. La idea de presentarse como si estuvieran en un concierto abre las posibilidades para mayor interacción, de modo que quienes nos encontramos sentados pronto nos vemos involucrados: conversamos, bailamos, cantamos y nos reímos todos juntos. Esto se refleja en los temas que se abordan, que parten del cuidado, extendiéndose a la importancia del respeto por los demás, la preocupación por el medio ambiente y la valoración de lo propio y la identidad nacional.

Así, las interpretaciones de Luciana Arispe, Francisco Haya de la Torre, André Portugal y Christian Ysla llenan el espacio de La Plaza con ritmo, colores y empatía por sus pequeños espectadores. Considero que la escenografía cobra especial lugar en este tipo de presentaciones, y en Papayaluza se muestra muy fresca, linda y dinámica. El uso de materiales como cartón y elementos reciclables a manera de percusión afianzan el mensaje ofrecido, sumado a la exploración con el empleo de imágenes y videos proyectados como fondo. Creo que esto es particularmente importante para el teatro en general, y fundamental en el teatro para niños: que lo que se presente en escena esté bellamente cuidado y pensado, pues demuestra un profundo cariño por el público, que merece participar de un mundo tierno y amable.

Jimena Muñoz

29 de octubre de 2025

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