viernes, 31 de diciembre de 2021

Crítica: EN LA CIUDAD DE LA FURIA y ELLA: LA QUE HUBIERA AMADO


Ciudad robot

La jornada consistió en dos montajes relativamente breves en dos horarios: la productora Encerrados hace poco estrenó una triología de tres obras inspiradas en la música de la banda de rock noventera Soda Stereo. Al ver que en esta oportunidad uno de los montajes se llamaba precisamente En la Ciudad de la Furia, inmediatamente pensé que abordaría las complejidades de la vida urbana en una convulsa capital latinoamericana como Lima. El nombre fue muy atractivo y de verdad pensé ver un futuro distópico donde se aborde la crueldad y al mismo tiempo, la fragilidad de la presencia humana. Milagros López Arias interpreta a una chica que ayuda al personaje de Belén Lengua a escapar de una ciudad futurista, en donde la violencia a la mujer es la constante. El argumento y las actuaciones estuvieron correctas. Creo que el nombre del montaje se prestaba para una temática, que al igual que la canción de Gustavo Cerati, desarrollara complejidades más profundas. Pienso que para una presentación tan breve dejaba muchas preguntas por responder, como las siguientes: ¿cuál era el conflicto?, ¿quiénes las perseguían?, ¿por qué se hablan con tanta naturalidad si no se conocen mutuamente? Lo más destacable de En la Ciudad de la Furia fue la escenografía, pues todo transcurre en un solo espacio y se generaba una sensación de que algo más iba a suceder.

El segundo montaje fue sencillamente espectacular: Ella: la que hubiera amado, cuyo nombre para ser sincero me parecía rimbombante y no esperaba ver algo más que una típica y parca situación amorosa. Sin embargo, aquí lo más destacable es el argumento, creado por Josema Ruiz Vía, donde la originalidad es lo que marca. Andrea Alvarado interpreta a un androide, programada a semejanza de una antigua novia del personaje de José Miguel Argüelles, un científico excéntrico. Paola Boggio interpreta a la mejor amiga de este chico y el montaje consiste en la lucha constante que asume ella para hacerlo entrar en razón, sobre la locura de aferrarse a un amor imposible. Lo más impresionante fue la actuación de José Miguel Argüelles, principalmente por la transformación que atraviesa y los cambios de personalidad, que van desde la locura hasta la obsesión de una forma muy natural. Hubo escenas donde demuestra dolor y llanto por el amor inexpresivo del androide; esto fue sencillamente emocionante y empático. La obra deja un final abierto y termina con una toma en la calle, donde el actor se aleja lentamente con una música muy melancólica. Esto último demostró conocimientos del lenguaje cinematográfico.

En la Ciudad de la Furia fue correcta, pero la superó visualmente la más atractiva Ella: la que hubiera amado. En definitiva, la productora Encerrados viene presentando montajes cada vez más interesantes.

Enrique Pacheco

31 de diciembre de 2021

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