La emoción y la palabra
Como anotábamos en reseñas anteriores, el formato de la
videollamada no debería agostarse, mientras existan historias interesantes que
merezcan ser contadas. Excluidas la presencialidad del público en las butacas y
el contacto físico entre los actores, las posibilidades comunicativas en línea
se vienen explorando y experimentando con mayor o menor fortuna, siendo acaso
la interpretación del texto la principal y a la vez, la más tradicional. Es
este formato el que utiliza con acierto Sebastián Villar Rojas, joven dramaturgo
y director argentino, quien consigue conmover con tres espectáculos virtuales,
en los que el manejo de texto se convierte en su mayor fortaleza.
Las tres puestas en escena de Villar Rojas, presentadas a
través de videollamadas en vivo, giran en torno a los conflictos generacionales:
tanto en Un problema de distancia
como en Oveja negra aparecen los
típicos desencuentros familiares; en la primera, padre e hijo tratan de ponerse
de acuerdo con respecto a un delicado asunto de salud, mientras llueven los
reproches de ambos lados; y en la segunda, dos hermanos diametralmente opuestos
deben ponerse de acuerdo sobre su patrimonio familiar, ya que la pandemia
alteró severamente sus planes. Ambas obras estuvieron interpretadas por los
mismos actores, Julio Chianetta y Juan Biselli, a pesar de no tener vínculos
sanguíneos en común. Curiosamente, en Yuta
Padre, los actores sí son familia: Mario y Juan Vidoletti, padre e hijo en
la vida real, le dan vida a dos artistas de épocas distintas que conversan
sobre su sacrificado oficio, cada uno desde su propia perspectiva, hasta llegar
a una confesión que cambiará su relación para siempre.
Villar Rojas arriesga con tres dilatadas conversaciones en
línea, pero estas nunca se tornan repetitivas, gracias a los oportunos e
ingeniosos giros dramáticos y además, a los actores convocados, capaces de
convencer y conmover apoyados por una inmejorable interpretación de la palabra.
En ese sentido, los cuatro artistas se sobreponen a las limitaciones pandémicas
y permiten que el espectador se emocione con las historias presentadas a través
de la pantalla y en tiempo real. Mientras esperamos el regreso presencial al
100% a las salas teatrales, propuestas virtuales latinoamericanas como las de
Villar Rojas nos sirven para hacer la espera más llevadera.
Sergio Velarde
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