Un respiro en medio del confinamiento
Quien no recuerda esos incansables aplausos,
todos los días a una hora exacta cuando inició la pandemia, como símbolo de
esta crisis. Esos aplausos que dejaban ver que, aun confinados cada uno en su
intimidad, estábamos todos en el mismo barco. Esos aplausos como agradecimiento
a todas las personas que velaban por nuestra salud y a todos aquellos que
seguían trabajando para que el mundo no se paralice. Producto de ello, pudimos reconocer
a muchos vecinos de quienes no teníamos idea, debido a que vivíamos a mil el
día a día, sumergidos en nuestras propias preocupaciones, ignorando así a
quienes vivían a nuestro alrededor y que sin saberlo, podrían significar mucho
en este encierro, como sucedió con los personajes de la obra Cuarentenados. Una propuesta virtual,
escrita y dirigida por Leticia Narvarte, dramaturga española, precisamente
durante el confinamiento y presentada en nuestro país. Demostrando así que el
teatro une fronteras.
Bajo la producción general de La Maleta
Teatro (España), la producción ejecutiva de Herbert Corimanya (Perú) y el apoyo
de BUTACA Arte & Comunicación, Cuarentenados
nos cuenta la historia de Emma (Emily Yacarini) y Nico (Luis Cárdenas Natteri),
quienes se conocen cuando salen a sus balcones a aplaudir al personal sanitario
y quienes poco a poco van acompañándose desde la corta distancia, hasta lograr
una amistad que pronto se convertiría en amor.
Las actuaciones estuvieron cargadas de
muchas emociones. A Yacarini la vimos en todo momento sumergida en el
personaje, interpretando de manera creíble y verdadera a esa mujer que tiene
que cambiar de emociones por las situaciones que se le van presentado; de
manera clara y con total naturalidad va pasando de la alegría a la tristeza, de
la tranquilidad a la incertidumbre u otras emociones que se le van presentando
a lo largo de este viaje. Por otro lado, Cárdenas Natteri no se quedó atrás. No
solo demostró la gran capacidad actoral que tiene, sino lo multifacético que es,
pues cantó, tocó guitarra, además de ser testigos del fácil manejo que tiene
para maniobrar de manera original a Zaborrilla, su fiel amigo títere, quien lo
acompañó en todo momento y sirvió de intermediario para expresar cosas que a
Nico le costaba procesar de manera normal, logrando en todo momento diferenciar
a la perfección entre el personaje y el títere debido a la facilidad que tiene para
ir cambiando de registro vocal entre la voz del personaje y la voz que le puso
a este, logrando así convencer, divertir y conmover al público durante la
transmisión.
Desde el inicio de la obra, combinaron de
manera clara algunas imágenes que acompañados por una música de fondo
complementaron ciertos momentos en los que veíamos a los actores solo hacer
gestos y movimientos, o simplemente no se veían a los personajes, pero que ese
recurso utilizado dejaba a la imaginación del espectador lo que estaba
ocurriendo en ese momento, aportando positivamente al desarrollo de la obra. Otros
aspectos que llamaron la atención fueron el escenario que utilizaron, el cual fue
bien preparado, logrando dar la sensación que realmente ambos se encontraban
cada uno en el balcón de su casa respectivamente, así como momentos en que se
pasaban objetos, aparentemente de balcón a balcón y lo recibían de manera espontánea,
logrando convencernos que efectivamente era real, notándose así la buena
dirección que estuvo presente a lo largo de este trabajo virtual.
Sin duda, una obra interesante, con
personajes creíbles, un escenario bien logrado, abordando temas de la coyuntura
actual en el que no solo tenemos que lidiar con el encierro, sino con la
impotencia de no poder salir y abrazar a nuestros seres queridos en momentos
difíciles, momentos en los que probablemente la mayoría de los espectadores nos
hemos visto identificados en muchas situaciones presentadas a lo largo de esta
hora y media aproximadamente de duración que tuvo la obra. Sin embargo, este
tiempo podría jugar en contra, si tomamos en cuenta que a veces la señal es
inestable y más aún en hora punta, o que en algunos momentos podría ser un poco
redundante, llegando a desconcentrar y por ende, perder la ilación en la trama o
inclusive cansar al público.
Milagros Guevara
29 de enero de 2021
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