Teatro en formación
Muerte
en el Amazonas es una historia de intrigas y
acertijos sobre un crimen. A primera vista, pudiese parecer que estamos
hablando de un thriller, pero más bien fue un montaje familiar. La espera para
que comience la función fue breve. La banda sonora fue lo que más destacó del
montaje, por lo atractivo del sonido. Me gustó el aire de Sherlock Holmes de la
acción dramática y la narración, aunque con un contenido cuidadosamente armado
para que el espectáculo sea familiar.
La función fue visiblemente producto de un
taller montaje, por esa razón y siendo justos, los actores eran aficionados y
en formación. A pesar de que las actuaciones no fueron convincentes, el
espectáculo sí fue interesante. El teatro que no se ve, que no está dirigido a
un público, ¿qué sentido tiene que se llame teatro? En estos días de cuarentena,
me ponía a repasar algunas anotaciones dramáticas y encontré una que me llamó
la atención: “El teatro está hecho para todo mundo, incluso para los actores”.
En estos tiempos donde hay personas que ven al teatro como una secta o un club
social, puedo indicar que Muerte en el
Amazonas es teatro y cumple un rol principalmente para su público: el
familiar. Lo mejor fue precisamente que el montaje mantuvo su narrativa todo el
tiempo, sin olvidar lo familiar y no caer en ámbitos criminalísticos. Desde ese
punto de vista, fue interesante.
Los vestuarios y la utilería que usaron
fueron semejantes a la realidad. Es de felicitar el empeño que hizo la
producción en ello. También, durante la función, pedían al público interactuar,
dejándonos pistas y pudiendo hacer pequeñas entrevistas a algunos personajes en
grupos separados en la plataforma Zoom. Pienso que las felicitaciones
principales son para el director David Vilcapoma, por lo original del proyecto
y la dirección.
Enrique Pacheco
31 de enero de 2021
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