jueves, 17 de mayo de 2018

Crítica: SANSEACABÓ Y EL ÚLTIMO REFUGIO


Los niños de la Ciudad Gris

“Sanseacabó y el último Refugio” es el resultado del trabajo del dramaturgo peruano Miguel Álvarez Aguirre en coproducción con la asociación cultural Malajuntas. Cuenta con las actuaciones de Alejandra Bouroncle, Irene Eyzaguirre, Vian L. King, Diego Pérez, Rosella Roggero, Diego Sakuray y Stefano Salvini.

El nombre de la obra es un juego de palabras de origen confuso pero muy usado, según Ricardo Palma, en la Lima del siglo XIX. Es una expresión que se usa en un contexto de exclamación, dentro del relato de una serie de sucesos que pasan desapercibidos, exactamente como los de esta puesta en escena. Todo se ambienta en una ciudad gris y triste, donde un antagonista, el gran Sanseacabó (Stefano Salvini), trata de capturar a la mencionada urbe y convertirla eternamente en un lugar sin alegría ni gracia; evidentemente, se hace referencia a la ciudad de Lima. Alejandra Bouroncle, gran actriz de improvisación, representa a la miembro de una pandilla urbana que trata de impedir estos malvados planes y que se caracteriza por su buen corazón. Se trata de niños, que con candidez e ingenuidad, entran en situaciones hilarantes con los secuaces de Sanseacabó, como una señora bruja, Cachivache, y su gato malo, Grakus.

Los actores ejercen un dominio escénico magnífico, de tal manera que el público siempre está pendiente de su accionar. Diego Sakuray es el más histriónico de todos, pues se trata de un niño que, a pesar de no poder expresar sus ideas en palabras y oraciones completas, estas se dejan inferir gracias a los simpáticos movimientos de cuerpo, manos y gestos que ejecuta. La escenografía es genial, pues se logra ambientar una melancólica y grisácea ciudad, repleta de edificios y calles deshabitadas. Hay que reconocer que la asociación Malajuntas ha logrado que su elenco tenga un acertado vestuario, acorde al de sus respectivos personajes, con materiales muy bien cuidados, como el público infantil se merece.

La obra siempre entretiene, a pesar de contener algunas escenas no del todo claras, pero que se compensa con un trabajo en conjunto que apela mucho más al juego, generando así un espectáculo agradable y simpático. “Sanseacabó y el último refugio” es, sin lugar a dudas, un gran espectáculo dirigido para toda la familia y para todas las edades. Está en temporada hasta el 22 de julio, los sábados y domingos a las 4 pm, en el Centro Cultural de la Universidad del Pacífico. Las entradas pueden ser adquiridas en la misma boletería del teatro. así como en Teleticket de Wong y Metro.

Enrique Pacheco
17 de mayo de 2018

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