Una máquina para la niñez
La Nave Producciones nos trae la puesta en
escena “Los Fabulatas 2 y la Máquina Legendaria”, bajo la dirección de Paloma
Reyes de Sá y con las actuaciones de Patricia Barreto (María Belén), César
García (Percy), Jely Reátegui (Clora), Manuel Gold (Hubert) y Rodrigo Zalles
(Señor F).
No es la primera vez que Reyes de Sá lleva
a los teatros la historia de los Fabulatas; de hecho, es la continuación de una
primera puesta en escena hace unos años. Los Fabulatas son un grupo de niños que
forman un club (El Club de los Fabulatas) y de una manera inocente tratan de
recrear distintos escenarios sobre el origen del mundo, esta vez por medio de
una máquina del tiempo. Los Fabulatas viajan por el tiempo en este artefacto:
primero, buscando el origen del universo; luego, de los dioses de la India,
Brahma y Maya; después, en un mundo insular, del mito japonés de Amaterasu; y
finalmente, buscando su propio origen, recreando el mito griego de Medusa.
Los niños-actores no “interpretan” los
mitos, sino que estos se vuelven escenas en las que ellos juegan a interpretar
a los personajes de los mismos. La improvisación que hacen los actores es
admirable, así como su capacidad de lidiar con el público infantil que
interviene en todo momento entre las escenas, con gritos, carcajadas e
interrupciones. Los materiales usados en el escenario son
sencillamente impecables, todos ellos han sido trabajados cuidadosamente y solo
merece aplausos el trabajo de producción al realizarlo. La escenografía es
espectacular y colorida, se imita un mundo maravilloso enfocado en los niños
sin caer imaginarios convencionales. En todas las escenas, el Señor F es el
acompañante musical y genera melodías en vivo con sus instrumentos, las que consiguen
una sensación de desasosiego en el público.
Es imposible aburrirse un solo segundo con esta
nueva historia de Los Fabulatas. Se debe resaltar que Reyes de Sá ha creado una
historia en la que todos los personajes “están” en el escenario y que,
inesperadamente, algunos elementos del escenario se vuelven parte importante en
las escenas, aquellos que uno, al inicio, no pensaba que iría a tener una
utilidad, como cajas, zapatos, un balde, un taburete, entre otros. Si existe algún
reparo a la obra, este sería que no queda del todo claro cuál es la moraleja
final de la historia o si solo se trata de una en la que cada escena
es un juego para emocionar al público.
A pesar de este detalle, esta nueva
historia de Los Fabulatas es, de lejos, muy recomendable para toda la familia,
especialmente para los niños. La obra está en temporada los fines de semana
hasta el 13 de mayo en el Auditorio Mario Vargas Llosa de la Biblioteca
Nacional del Perú - Sede San Borja.
Enrique Pacheco
26 de marzo de 2018
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