Sólido homenaje al poeta español
Federico García Lorca, qué duda cabe, fue, es y será el poeta y
dramaturgo español de mayor relevancia teatral en el mundo. Su obra en conjunto
es extraordinaria; y sus textos para la escena, materia prima para realizar
montajes de teatro puro. A pesar de ello, no todas las puestas en escena basadas
en Lorca tuvieron el resultado esperado, específicamente cuando los
responsables de dichos proyectos no atinaron en su momento a encontrar el
verdadero significado de sus hermosas palabras, o cuando algunos directores pretendieron
dar cátedra de equívoca sabiduría, priorizando sus propios gustos personales sobre
la lógica y el sentido común que exigía el texto original, destruyendo así las
bases lorquianas con total impunidad.
Por un lado, visitamos las casas en las que habitan Bernarda Alba y sus
hijas: Ofelia Lazo brilló en la puesta en escena de Carlos Padilla en el Parra
del Riego (1985), acaso el montaje más fiel al espíritu lorquiano del que tenga
memoria. No les fue tan bien ni a Mariella Trejos ni a Milena Alva, pues sendos
directores confundieron la verdadera razón de ser del texto en sus montajes:
con buenos actores en terno interpretando a sus feas hijas, en uno (2003);
y con las actrices más bellas del medio hablando distintos dejos españoles, a
pesar de haber vivido todas encerradas en una misma casa por años, en el otro
(2005). La adaptación de Yerma (2011), a cargo de María Laura Vélez y Ximena
Arroyo, fue una gratísima sorpresa, reinventando el texto original con gran
creatividad e ingenio.
Por otra parte, Franklin Dávalos fue un digno intérprete del propio
García Lorca en Sangre como flores (2011), un intento por retratar la azarosa
vida del poeta español, al lado de un elenco de excepción. Acaso la obra más
popular de Lorca sea Bodas de sangre, que es prácticamente una pieza infalible,
como lo demostraron varios montajes tanto profesionales como aficionados, todos
ellos respetando en mayor o menor medida el espíritu lorquiano; y algunas otras
obras no tan conocidas, como La zapatera prodigiosa (2009) o Así que pasen cinco años (2012), tuvieron interesantes puestas en escena, demostrando contundentemente
la total vigencia del poeta español en la actualidad.
Podríamos afirmar, con cierta discreción, que Los romances de Lorca, espectáculo
teatral a cargo de Kronopios Producciones y estrenado en el Centro Cultural CAFAE-SE, pertenece
a este último grupo. Dejando a un lado los excesos de sus anteriores montajes,
como El rapto de Perséfone o El marqués de Mangomarca, su director Carlos Rubin
se ajusta el corsé y combina con mucha sensatez y estilo, cinco obras del
autor: Rosita la soltera o el lenguaje de las flores, La casa de Bernarda Alba,
Bodas de Sangre, Yerma y El Romancero Gitano, con el apoyo de un inspirado
elenco que juega mucho con lo andrógino, en el que se encuentran Mirta Urbina (interpretando
a una sólida Bernarda Alba), Jaime Lozada (convincente en sus diversos papeles
masculinos y femeninos), Diana Patiño (demostrando una gran versatilidad) y el
propio Rubin. La música en vivo suma puntos al montaje, y las danzas también lo
harán cuando se fijen más durante la temporada. El espacio del CAFAE-SE está
bien aprovechado y se percibe un especial cuidado en los valores de producción. Los
romances de Lorca rinde homenaje al poeta español con mucho respeto y con una
positiva contención, poco común en los trabajos de Rubin, que convierten a su
espectáculo en uno muy recomendable.
Sergio Velarde
16 de julio de 2013
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