Luego del enorme reto que asumió Ariel
Varela para regresar a los escenarios el año pasado (la poco convencional pero
finalmente recomendable Candilejas en la AAA), el artista decide ahora recorrer
un camino más sencillo, adaptando la comedia Mi mujer es el plomero del autor
argentino Hugo Marcos, para inaugurar un nuevo espacio teatral en el corazón de
Barranco, llamado ARCAM. ¿Él es mi mujer? es el nuevo título para esta
peruanizada versión, en la que Varela no sólo dirige con la asistencia de Norma
Berrade, sino que también actúa, al lado de Gloria Klein y Nico Ames.
Carlos (Varela) es un viudo que perdió a
su esposa Daniela hace un año en un accidente automovilístico, y con algunas
dificultades para rehacer su vida, se enamora de su vecina María (Klein). Un
desperfecto en el baño obliga a Carlos a llamar al gasfitero (Ames), quien al
tocar uno de los cables cae muerto en la sala y luego resucita con el espíritu
de Daniela en su cuerpo. Todo se complica cuando Daniela, en el cuerpo del
gasfitero, decide retomar su vida de casada, ante la mirada atónita de Carlos.
Por supuesto, las complicaciones no tardan en aparecer, pero la lógica (si es
posible mantenerla con semejante argumento) poco a poco va desapareciendo.
Varela reduce el número de personajes al
mínimo (de siete a tres) y con ello, también todo el sentido común que debería
tener el montaje. Las entradas y salidas de los actores al dormitorio, al baño,
a la cocina y a la calle, resultan disparatadas a más no poder; sin embargo,
esto no parece importarle al elenco, que se divierte a sus anchas
contagiándonos su humor. A destacar la buena labor de Nico Ames (genial
comediante en ¿Añejas… y?), asumiendo con bastante dignidad su doble papel.
Varela logra con ¿Él es mi mujer? una comedia divertida, que hay que ver sin
mayores complicaciones. Y por supuesto, saludamos la apertura de un nuevo
espacio alternativo en nuestro medio teatral.
Sergio Velarde
13 de julio de 2013
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