martes, 21 de febrero de 2012

Crítica: MICAELA

Sueños de una heroína

Buscando escapar del academicismo de los libros de Historia del Perú, el grupo Maguey y el dramaturgo y director Wily Pinto reponen a 20 años de su estreno, Micaela, un imperecedero unipersonal con María Luisa De Zela como la esposa de Túpac Amaru II, quien se encuentra presa y a punto de ser ejecutada, mientras recuerda su historia cargada de dolor y heroísmo. Basándose en su biografía, en poemas, mitos y textos escritos por Alfonsina Barrionuevo, director y actriz exploran libremente en base a sus posibles sueños, la vida de esta mártir, pieza fundamental dentro de la rebelión contra los españoles.

El acogedor espacio de Maguey en San Miguel es utilizado eficientemente con elementos escenográficos sencillos y funcionales, así como de un buen aprovechamiento de las luces que delimitan con claridad los ambientes de cada cuadro. Se incluye un trabajo de música en vivo a cargo de Liz Espinoza. Vemos a Micaela Bastidas, la madre, la esposa y la víctima del yugo español, atravesar varias emociones que nos permiten sensibilizarnos y sobre todo, recordar (que tanta falta nos hace como sociedad) aquellos tiempos en los que vivíamos discriminados u oprimidos por otros. Pero esos tiempos no han cambiado mucho, ya que todavía los problemas que enfrenta la mujer contemporánea son muchos. Sirva este montaje para la reflexión y para llevar un necesario mensaje de integración y paz, en estos tiempos modernos.

La actuación de María Luisa De Zela es impecable, como debíamos esperar de una actriz que tiene la obra en repertorio por 20 años. Con varios festivales nacionales e internacionales a cuestas, De Zela se apropia del escenario y consigue interesantes matices con los personajes que le toca representar, no sólo a la heroica Micaela, sino también a la fuerza opresora española que la condena a muerte. Acaso la mayor virtud de este montaje, que celebra los primeros 30 años de Maguey, sea que su director Wily Pinto haya trascendido la opción “documentalista”, para mostrarnos a una Micaela humana, temerosa pero digna, frágil pero valiente, que redondea el excelente trabajo de la actriz. Esperamos, por supuesto, con bastante expectativa los siguientes montajes de Maguey.

Sergio Velarde
21 de febrero de 2012

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