La vigencia de Buenaventura
Dentro del ciclo de obras teatrales presentado por el Centro Cultural Británico
en sus diversos auditorios descentralizados, cabe resaltar la nueva puesta en
escena de La orgía, pieza capital de Enrique Buenaventura, que a través
del efectivo recurso de presentar teatro dentro del mismo teatro, consigue una
acertada crítica hacia el sistema. La ironía y el sarcasmo son elementos
cruciales para conseguir el efecto esperado con esta sencilla anécdota, en la
que los decadentes personajes que intervienen asumen diversas personalidades,
con el único propósito de sobrevivir en su implacable mundo.
Una excéntrica y harapienta mujer, luego de discutir con su hijo sordomudo,
planea realizar en su paupérrima vivienda, como todos los meses, una orgía en
compañía de otros mendigos y una enana, a quienes convence por unos cuantos
centavos y un poco de comida. Durante esta celebración, de fuertes tintes
brechtianos, la mujer recuerda aquellas épocas en las que pretendía ser una
aristocrática dama, mientras cada uno de los convidados interpreta un papel
determinado en su fantasía. Al final de la estrafalaria comedia, repleta de un
feroz humor negro, la tragedia aparece con un contundente desenlace, que nos
hace reflexionar sobre las grandes coincidencias existentes entre el ritual
representado y nuestra propia realidad.
Buenas actuaciones del elenco, destacando el Mudo de Miguel Vergara y la Enana
de Katya Castro. El director Martín Medina consigue una muy digna reposición de
este clásico montaje, luego de la temporada dirigida por él mismo en el 2008 en
la AAA. Con elementos sencillos y estéticos a la vez, muy respetuosos con la
propuesta inicial, La orgía de Butaca teatro de grupo mantiene intacto
el mensaje del dramaturgo colombiano Enrique Buenaventura, quien representó
simbólicamente en este festín, desde su publicación en 1973, a nuestra golpeada
sociedad presa de la violencia y la pobreza. Sin duda, esta obra, la más
representada de su autor, constituye un ícono de la dramaturgia latinoamericana
y siempre resulta recomendable su visión cada vez que llega a escena.
Sergio Velarde
05 de mayo de 2012
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