domingo, 13 de septiembre de 2009
Crítica: TEREZA
A medio camino entre el cuento y el drama
Se estrenó en agosto, en la Asociación de Artistas Aficionados (AAA), la obra Tereza, a cargo del grupo Pasión Mystica, escrita y dirigida por Martín Abrisqueta, que nos presentó la historia de una princesa embrujada, que nunca encontrará el verdadero amor, pero termina casada con un plebeyo por error. Pero a pesar de ello, no se trató de un montaje dirigido a un público infantil, pues la trama también involucró a la vida del escritor de dicho cuento, quien se inspiró en su propia vida para escribirlo. Si bien ambas historias paralelas le pudieron otorgar mayor vuelo al montaje, la ejecución de algunas secuencias (algunas demasiado dilatadas y otras demasiado confusas) perjudicó el resultado final, aunque sin restarle el interés por completo.
Los universos paralelos: el mundo de fantasía narrado por un Sapo y la dura realidad de su escritor, lucen convincentes, excepto cuando dentro del cuento se cuelan elementos de nuestra realidad (los pintorescos personajes usan celulares y navegan por internet), lo cual genera la risa del público, es cierto, pero empaña la fantasía que se buscaba conseguir. El Sapo tiene monólogos demasiado largos, que podrían ser compensados con la utilización de más elementos en escena, además del juego de sombras. Se podría también incluir rasgos o características más definidas para los mismos personajes en ambos planos de la realidad, sobre todo al ser interpretados por diferentes actores. La publicidad de "Tereza" debe ser más clara al definir el estilo del montaje, para evitar la asistencia de niños que esperan otro tipo de espectáculo y que a la larga perturban la atención del mismo. Para ser el primer trabajo de Abrisqueta como autor y director, el resultado final es bastante aceptable, teniendo en cuenta el material humano con que cuenta y que viene afianzándose como un sólido grupo.
A destacar en el elenco a Santiago Moreno como el Sapo, quien logra salir airoso de la difícil tarea de mantener la atención con un texto excesivamente narrativo. Jacqui Chuquillanqui diferencia bien sus personajes: es divertida y exagerada como la paródica bruja Egolia, pero también es conmovedora y sincera como la esposa del escritor, siendo su canto en vivo uno de los momentos más íntimos y logrados del montaje. El resto del elenco no desentona y son creíbles dentro de la historia, interpretando diversos roles: Josse Fernández, José Medina, Javier Quevedo, Azucena Prieto y especialmente Luz Barrios en el rol protagónico. “Tereza” necesita ajustes en la dramaturgia y mayor vuelo de los elementos en escena para darle mayor agilidad y claridad a este digno primer intento de Abrisqueta y Pasión Mystica por generar sus propios productos teatrales.
Sergio Velarde
13 de septiembre de 2009
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