sábado, 19 de septiembre de 2009

Crítica: ESPERANDO LA CARROZA


Tragicómica historia de familia disfuncional   

Jacobo Lagsner, dramaturgo rumano-uruguayo, estrenó en 1962 una de las comedias costumbristas más clásicas en Latinoamérica, titulada “Esperando la carroza”. Y adaptó también su versión cinematográfica en 1985, con actores como Darío Grandinetti y China Zorrilla, consiguiendo un gran éxito. En nuestro país, el director Alberto Isola estrenó en agosto en el Teatro La Plaza ISIL su propia versión, logrando un divertido espectáculo, no carente de una certera crítica hacia la absurda hipocresía de nuestra clase media. La inexplicable desaparición de Mama Cora, abuela de una peculiar y disfuncional familia, provoca numerosos enredos y confusiones durante un domingo familiar, mientras los tres hijos y sus coloridas esposas, no atinan a encontrar la solución más sensata y se revelan ciertos secretos que generarán el caos familiar.

El cinismo y la hipocresía dentro del núcleo familiar es el generador de todo tipo de conflictos y situaciones descabelladas, pues diferentes personalidades deben aprender a coexistir dentro de un mismo espacio. La familia no se escoge, con ella se nace. De ahí que los variopintos personajes que deambulan por el escenario en “Esperando la carroza”, nos deleitan con una historia que, en el mejor de los casos, debería hacernos reflexionar más que reír. Isola, buen actor y mejor director, consigue sacar provecho del elenco que cuenta y potencia sus interpretaciones, logrando ingeniosos y jocosísimos cuadros de familia pletóricos de un incisivo humor negro.

Mario Velásquez, Ricardo Velásquez y Bruno Odar interpretan con bastante veracidad a los hijos de Mama Cora (y constituye también un homenaje de los hermanos Velásquez a su padre, don Carlos Velásquez, quien dirigiera la obra hace ya varios años en el Parra del Riego con Haydeé Cáceres y Reynaldo Arenas). Pero quienes se lucen realmente son las esposas de estos disfuncionales hermanos, a cargo de tres formidables actrices de diferentes edades y registros: Jimena Lindo, Norma Martínez y Ana Cecilia Nateri, quienes consiguen las mejores escenas de la puesta. El resto de actores (entre quienes figuran las notables Delfina Paredes y Magali Bolívar) tiene a su cargo una serie de personajes menores, sin mayor desarrollo dramático, pero interpretados sin tacha. “Esperando la carroza” puede parecer un montaje demasiado sencillo para el calibre de los actores participantes, pero es en realidad un sólido homenaje al teatro costumbrista que retrata con acierto nuestra propia idiosincrasia.

Sergio Velarde

19 de setiembre de 2009

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