COVID y… un “Nuevo teatro”
La situación actual ha ocasionado grandes
cambios en la rutina del ser humano. Esta pandemia ha generado que varios
gobiernos establezcan el distanciamiento social como posible solución ante el
contagio del COVID – 19. Esta drástica medida ha provocado que la mayoría de
lugares - por no decir todos- con gran concurrencia de personas cierren sus
puertas. Así, negocios, aeropuertos, empresas, colegios, universidades,
estadios, bibliotecas, museos, teatros y varios espacios más ya no funcionen
como antes lo hacían. Como efecto mariposa, cada cambio o variación en este
sistema ha repercutido en la vida de cada uno de nosotros, también, en la vida
del teatrista creador, que quiere seguir labrando en su oficio.
Ya que el distanciamiento social impide que
los intérpretes y espectadores se encuentren en un solo lugar, los espacios
teatrales se trasladaron a los espacios virtuales u en línea. Así, tratando de
unir el lenguaje teatral y audiovisual, Samoa Producciones nos invita a este
mundo - ¿será también teatro? – con su propuesta “Odisea 2020”, en la que se ha
convocado a más de 20 intérpretes para el montaje de varias obras de teatro con
una duración de no más de 30 minutos.
Asunto de tres es una de las obras seleccionadas
para presentarse en esta producción. El dramaturgo es Gonzalo Rodríguez Risco
y, en esta ocasión, los intérpretes son Alejandra Rivera, Alejandro Baca y
Augusto Gutiérrez.
La obra se transmitió en vivo –sin
convivio– a través de la plataforma YouTube. El primer fragmento de la obra
inicia con las actuaciones de Jano y Alejandra. A nivel actoral, ambos
intérpretes generan un ambiente teatral, pues la energía brindada a sus
movimientos y cada palabra dicha son característicos del teatro. Por otro lado,
el espectador podía observar dos enfoques. Pues, estas indicaban que estaban
transmitiendo la obra a través de dos ángulos. Dado que se observaba dos
pantallas en la plataforma, esto, a veces, a inicios de la obra, generaba
desconcentración a pesar de que era la misma obra, solo grabado desde ángulos
distintos. Además, debido a la cercanía de las cámaras a los actores y las
actuaciones teatrales de estos, a veces, no se entendía lo que decían. En
general, en este primer fragmento, creo que no lograron convergir el lenguaje
teatral y audiovisual. Sin embargo, las actuaciones, dentro del código teatral,
sí fueron precisas.
En el segundo fragmento, actuaron Augusto y
Jano. Aquí, en la transición del primer al segundo fragmento, duró unos
segundos más. Sin embargo, ese error “teatral” –porque es en vivo– fue
solucionado y pasó a segundo plano dicho inconveniente. A comparación con la
primera situación, este fragmento de la historia fue verosímil, es decir, tanto
el código teatral y audiovisual convergieron y, dentro del mundo de las
convenciones, fue creíble para el espectador. Además, en este caso, los actores
tenían conciencia de que estaban al frente de una cámara, y no debían realizar
movimientos exagerados, sino contenidos. La situación también ayudó a que ambos
lenguajes se unificaran porque ambos personajes estaban frente a una
computadora personal, que para los actores era la cámara.
En el tercer fragmento, participan también
Augusto y Jano. Aquí, como en el primer y segundo fragmento, utilizan dos
planos de cámara. A comparación de la primera, las cámaras presentan una mejor
posición respecto a lo que desean mostrar y, también, ya no desconcentraba al espectador.
A comparación de la segunda, la situación ya no les ayudó a generar ese
ambiente creíble, pues crearon la atmósfera para que lo sea. Así, con la cámara
mejor posicionada y las actuaciones no tan teatrales o exageradas lograron
convergir otra vez ambos códigos.
Así, con el fin de paliar esta actual
coyuntura, varios artistas escénicos se sumergen a la búsqueda de nuevas formas
en el quehacer teatral. Una de ellas es como la que está realizando el elenco
de Samoa Producciones; sin embargo, podría ser de otra manera. Ahora, toca procesar
y preguntarnos si aquello que nos muestran es teatro o, tal vez, es un “Nuevo
teatro”, una forma más contemporánea respecto al teatro que conocemos. Pues,
tal vez, con la ayuda de la tecnología, el teatro, que se originó como un rito,
deba cambiar.
Elio Rodríguez
23 de mayo de 2020
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