lunes, 16 de septiembre de 2019

Crítica: TÍTERES DE LA MAR BRAVA


Aventuras y enseñanzas en el mar

Por una breve temporada, volvió a escena el Proyecto Ganador de Estímulos Económicos para la Cultura 2018: “Títeres de la Mar Brava”, que el año pasado obtuvo este reconocimiento por parte del Ministerio de Cultura.

Esta obra familiar es una creación colectiva a cargo del músico Rafo Ráez y el titiritero José Padilla (‘Pepito Ron’), quienes unieron sus talentos para darle vida a una historia compuesta netamente por títeres, hechos a base de papel y cartón, entre los que destacan diversos animales marinos. El tema central de la puesta gira en torno a nuestro mar del Callao, específicamente, en la playa Carpayo, donde Miguelito y Sarita, dos niños que se pasean por el litoral, han escuchado las historias de su abuelo y de los pescadores chalacos acerca de ‘Amaru’, una serpiente marina que llega al mar en forma de río. En su intento por descubrir los secretos que guarda el mar y en compañía de los pelícanos, los pingüinos, las gaviotas, los lobos de mar y una tortuga, se sumergen en una aventura que los llevará a conocer el peligro que corren estas especies, sobre todo por la gran cantidad de basura que se alberga, dentro y fuera del territorio marino.

La Casa de la Creatividad fue el espacio elegido para llevar a cabo el montaje. En la sala principal de este recinto se acondicionó un pequeño escenario de color negro, estructurado para el desplazamiento de los titiriteros y los títeres propiamente, que en su mayoría eran de tamaño regular y buen diseño (realismo en el vestuario y composición física). El acompañamiento de las canciones se hizo utilizando una combinación de sonidos, junto a la guitarra y voz en vivo de Rafo Ráez. El diseño de las luces se contrastó para destacar a los títeres, que se realzaban en el fondo oscuro, manejados con destreza por los titiriteros también vestidos de negro. Los movimientos precisos y cadencia en la creación de cada figura llamaron la atención de grandes y pequeños. Los diferentes personajes/títeres dominados por José Padilla y Carmen Delgado calaron no solo por su composición, color y presencia, sino también por el claro mensaje convertido en anécdota teatral: preservar el mar y sus especies para su supervivencia. En una de las escenas más resaltantes, los protagonistas de esta historia encuentran en la red que sale a la superficie peces y terriblemente, también botellas de plástico. Una realidad que no es ajena a nosotros.

“Títeres de la Mar Brava”, al ritmo de la música y los muñecos, nos acerca a una problemática latente y que parece no tener cuando acabar. El mar y sus recursos están en constante peligro por el desinterés, la falta de conciencia y cultura de los seres humanos. De forma didáctica y con claridad, la obra nos muestra una historia cierta, de todos los días, que está en nuestras manos cambiar.

Maria Cristina Mory Cárdenas
16 de septiembre de 2019

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