Pisando sobre seguro
¿Hay que matar a la monja?, protagonizada por la versátil Katherina
Sánchez, fue una de las comedias más exitosas (en lo que se refiere a público)
del año pasado en el Teatro Auditorio Miraflores a cargo de la productora Liber-Teatro,
que dirige el joven actor y director Jonathan Oliveros. Pues bien, siguiendo la
misma (y segura) línea de estrenar comedias ligeras y entretenidas con alguna
dosis de picardía, llega al mismo teatro Desnudos en la pensión, una adaptación
de la original La Bonne Adresse (1966) del dramaturgo francés Marc Camoletti,
responsable de otras desopilantes comedias que llegaron a nuestro país, como
Boeing Boeing (2009) en el Teatro Peruano Japonés o Pijamas (1995) en el Teatro
Marsano.
Desnudos en la pensión ofrece lo que su propio título adaptado promete
y un poco más. Una comedia de enredos, por momentos muy divertida, que involucra a
una serie de estereotipados personajes juntos y revueltos en la casa de una
retirada artista de café teatro llamada Zaza (Cecilia Tosso). Ella vive con su
empleada Bertha (Sánchez) y sus dos inquilinas: la profesora de piano Sofía (Daniela
Martínez) y la pintora Irene (Miluska Eskenazi). Las cuatro deciden publicar,
usando abreviaturas para evitar los altos costos, avisos clasificados en un periódico
solicitando respectivamente, un nuevo inquilino (George Silva), un novio (el
propio Oliveros), un alumno para clases de piano (Elihu Leyva) y un modelo para
retratar un cuadro (Martín Velásquez). Cada una recibirá al hombre equivocado y
el enredo estará servido.
Algunos problemas con la adaptación del texto (como en la primera escena de Velásquez)
o el desborde histriónico de algunos actores (como en el caso de Leyva) podrían
afinarse para obtener un producto más limpio y acabado, y menos tosco y gritado.
Como era de esperarse, Sánchez destaca en el elenco con una divertida empleada
provinciana muy bien esbozada, así como también lo hace la experimentada Tosso,
muy digna como la otoñal vedette. El talentoso Oliveros logra en general, un producto
entretenido y el público se divierte a lo grande, lo cual es de aplaudir. Sin
embargo, siempre se puede ofrecer algo más; queda en manos de Oliveros (que
forma parte activa del colectivo Teatro del Riesgo) reformular sus futuros
proyectos. Desnudos en la pensión pisa sobre seguro y acaso supere en taquilla
a "la monja". ¡Bravo por ellos!
Sergio Velarde
24 de octubre de 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario