viernes, 23 de enero de 2015

Entrevista: RODRIGO CHÁVEZ

“El conflicto puede resultar en nuevas ideas”

Una de las más gratas sorpresas del año pasado fue la pieza Metamorfosis, basada en el texto original de Franz Kafka, estrenada en la Sala Yuyachkani por una brevísima temporada. Su joven director, Rodrigo Chávez, fue premiado por el público como el mejor director de Drama en el evento de fin de año de El Oficio Crítico. “Fui al teatro desde muy chico, visitaba con mi papá la sala Yuyachkani”, recuerda. “El teatro siempre me gustó, pero en secundaria me alejé bastante de las salas, sin embargo en esa época (2002-2003) pasaban en el canal 6 obras teatrales del ICPNA y del Británico, que podía ver una y otra vez, me gustaba mucho el francés que contaba cuentos, Francois Vallaey". En aquella época, a Rodrigo le hubiera gustado hacer un espectáculo teatral, pero no para estar parado en el escenario, sino para generarlo. “Mi familia no veía el teatro como una opción, así que estudié ingeniería electrónica hasta que no pude más con eso; después vi que había una carrera universitaria en la Católica, así que podía hacer las dos cosas, tuve el apoyo de mis padres, me siento afortunado”.

Entre los profesores que marcaron la vida artística de Rodrigo, figuran Teresa Ralli, Alberto Isola, Bertha Pancorvo y especialmente, Alfonso Santistevan, que le enseñó Dramaturgia y Dirección. “Cuando comencé con el curso de Actuación, Luis Peirano nos pidió hacer un ejercicio para entender lo que era la acción; yo tenía la influencia de Yuyachkani, bastante simbólica, expresionista, metafórica. Hice el ejercicio y Peirano me dijo que aquí se hacía naturalismo.” Los años pasaron y Rodrigo se dio cuenta que la educación lo había llevado, ciegamente, al naturalismo, hasta que recibió posteriormente el reto por parte de Santistevan de dirigir una obra corta de Emilio Carballido. “No me gustaba Carballido, me parecía extremadamente melodramático, trataba de hacerla en estilo naturalista, pero no me gustaba, algo no funcionaba. Hasta que Alfonso me dijo: ¿Y por qué lo haces así? Eso me sacudió la cabeza, me di cuenta que me había desligado de mis influencias y le daba prioridad a la forma antes que al contenido. Hice la obra en estilo simbólico y Alfonso me felicitó, me dijo que había convertido ese melodrama en una tragedia.” Para Rodrigo fue emocionante salir de la universidad recuperando sus influencias originales.

Los montajes teatrales

Sobre cómo llegó a dirigir la interesante puesta en escena de El malentendido de Albert Camus en el Centro Cultural de La Católica el año pasado, Rodrigo cuenta que “una amiga me llamó para dirigir la obra, fue la primera vez que me encargaba de un montaje entero. Hice que el espacio sea el que se adapte a las necesidades de los actores y que ellos se muevan dentro del naturalismo”. A pesar de su corta edad (con solo 27 años y con una apariencia de ser mucho menor), el proceso de El malentendido fue auspicioso. “Conversamos con todos y les gustó como íbamos a tratar el texto, hubo química bastante rápido, aunque sentía a veces que por ser mi primera vez podía tomar la propuesta de los actores, a veces sin cuestionarla.” Rodrigo confiesa que en ese momento fue algo positivo, pero si existe diálogo creativo, esa especie de conflicto puede resultar en nuevas ideas. “Pienso que un director debe tratar de fastidiar un poco más y de esa manera, salen cosas interesantes”, afirma.

Para Metamorfosis, Rodrigo ya había llevado el proceso con Santistevan. “El texto de Metamorfosis nos permitió mucho juego”, nos comenta. “Nos basamos en el contenido, queríamos mostrar a esta persona (Gregor) atrapada en la inercia, que podía pasarse toda la vida mecánicamente, hasta que le sucede este acontecimiento (convertirse en insecto).” Para el joven director, todo se basa en los actores, en aquel grupo familiar que se estaba deshumanizando, con el personaje principal que perdía el maquillaje gradualmente, perdiendo su vestuario y quedando también más limpio. “Partimos que la inercia lo convertía en un ser sin alma, y que todo el proceso hace que Gregor quede limpio y al final, decida arriesgarse tomando una decisión muy importante”. Para este difícil personaje, Rodrigo contó con su amigo y compañero de promoción Gabriel Gonzáles, uno de los jóvenes intérpretes que destacó nítidamente en el 2014. “Es una persona que trabaja mucho, investiga y propone, tiene mucha constancia, le pido una cosa y al día siguiente trae un par de propuestas para empezar a trabajar; no tiene miedo de hacer cosas muy grandes, pues confía que no lo voy a exponer de mala manera.”

Rodrigo piensa que un actor de teatro ideal debe “investigar mucho; debe tener propuestas al momento de plantear las escenas; y tiene que saber escuchar, pues a veces hay propuestas que pulir”. Y un buen director tiene que “investigar también; resolver las dudas de los actores, pues me parece que el actor solo debe enfocarse en su personaje; y además, debe crear un ambiente de trabajo que no juzgue, en donde el actor se sienta cómodo de poder crear”. Entre los proyectos de Rodrigo figura la próxima reposición de Metamorfosis, el miércoles 4 y jueves 5 de febrero en el CCPUCP. “También estoy ensayando la obra Mala Noche de Arístides Vargas, tenemos licencia de re escribirla y adaptarla, al igual que la obra Presunto Culpable volveré a hacer equipo con Daniel Amaru Silva en el trabajo de la estructura y dirección, pues la obra ha sido invitada a participar en un festival en Brasil”. Y para la segunda mitad del año, Rodrigo estrenará un proyecto teatral con su colectivo llamado SOMA, que incluye a los ya citados Amaru Silva y Gonzáles, junto a Vanessa Geldres y Daniel Cano. Todos los éxitos para esta joven promesa de la dirección, que poco a poco está dejando de ser una simple promesa.

Sergio Velarde
23 de enero de 2015

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