Las mejores intenciones
ecológicas
La moda ecológica sigue su avance, centrándose en propuestas teatrales
especialmente dirigidas a los niños, para hacerles partícipes de los gravísimos
peligros que le ocasionaríamos al planeta de seguir contaminándolo. Montajes
como los que presenta el grupo Palosanto (Villasucia, La zorra vanidosa, por
ejemplo), engranan con coherencia sus tramas con el necesario cuidado del medio
ambiente. Pues bien, una nueva obra se suma a la causa: la Asociación Cultural
Comunicando Senti2 y el Centro Cultural El Olivar presenta, con el
apoyo del Ministerio de Cultura, la pieza Un bicho que da beshos para salvar el
planeta, escrita y dirigida por Gabriela Aliaga, que demuestran las muy
buenas intenciones de la creadora, pero que no funcionan del todo en su puesta
en escena.
La trama es bastante sencilla: un bosque es deforestado progresivamente
por Mariano (Leito Monteverde), un pintoresco inversionista de bienes raíces,
completamente ajeno a la ecología. Es entonces que la Anaconda (Cristina Urueta),
el Paiche (Walter Huallpa) y el Mono Maquisapa (Juan Carlos Díaz) deben unirse
para hacerle frente, en complicidad con los niños, para detener tamaña
atrocidad. Y aquí viene lo mejor del montaje: algunos niños suben al escenario
para recoger la basura arrojada por Mariano en cajas de reciclaje, en otras
palabras, ponen en práctica real el leitmotiv del montaje. No sucede lo mismo
cuando la directora deja suelto en plaza al (supuesto) antagonista de la obra,
pues Monteverde es demasiado vital y carismático como para ganarse el odio de
los niños, quienes por el contrario, le dan siempre la razón y hasta son
cómplices de sus maldades.
Algunos códigos escénicos también están poco definidos, como por
ejemplo: si el gran Árbol es incapaz de moverse por ser un vegetal, ¿cómo sí se
pueden mover las flores? Si estas últimas son manipuladas por los actores
vestidos de negro, supuestamente inexistentes teatralmente, ¿por qué aparecen
después con los mismos vestuarios portando sierras eléctricas y hablando? Pero estos detalles parecen no
afectar demasiado el montaje, que goza de la total atención de los pequeños,
gracias al trabajo actoral en conjunto. Un bicho que da beshos para salvar el
planeta es un irregular montaje ecológico, pero realizado con esmero y con las
mejores intenciones.
Sergio Velarde
10 de noviembre de 2013
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