lunes, 14 de febrero de 2011

Crítica: UN DON JUAN EN EL INFIERNO

Cattone nunca decepciona

¿Se pueden considerar a Osvaldo Cattone y su eterno teatro Marsano como baluartes de nuestro teatro independiente? Entendiendo el término “independiente” como el control absoluto por parte de un artista sobre su obra, pues sí lo son. Desde los años 70 el Teatro Marsano ha venido presentando, con mayor o menor fortuna, una gama de espectáculos de todo calibre: dramas, comedias, musicales; pero siempre con el sello inconfundible del actor y director argentino, que se convierte sin duda en todo un ejemplo de entrega y sacrificio hacia su mayor vocación: las artes escénicas. Y a pesar de tener algunos detractores, y un buen número de seguidores, resulta innegable que el teatro de Cattone ha sobrevivido a lo largo de la historia en buena forma, a pesar de la fuerte competencia que representan algunas salas.

“Un Don Juan en el Infierno”, pieza del dramaturgo argentino Luis Agustoni, nos sitúa en aquel mundillo escondido a los ojos del espectador que acude a ver una representación teatral: el camerino, en donde se ventilan las intimidades de los actores, en este caso específico, del otoñal protagonista de la obra Don Juan. La tirante relación con su mujer y su hijo, la complicidad con la asistente, sus amoríos con la primera actriz y la traición a su amigo productor, son algunas situaciones de las que somos partícipes en plena representación teatral. El narcisismo del actor desencadena el drama, que si resulta convincente es por la enérgica actuación del experimentado Cattone, quien derrocha vitalidad y carisma a lo largo del montaje.

Durante su dilatada trayectoria, Cattone siempre se ha caracterizado por interpretar personajes soberbios, machistas, infieles, pedantes y endiosados; y en esta obra le da vida nada menos que a un actor soberbio, machista, infiel, pedante y endiosado. Por tal motivo no es de extrañar que, como pez en el agua, Cattone se convierta en la gran vedette del montaje, opacando al resto del elenco. Acaso sólo Regina Alcóver, Ivonne Fraysinnet, Sonia Oquendo y hasta Analí Cabrera le puedan dar la réplica exacta en el escenario, pues en este caso ni Sandra Bernasconi, ni Nicolás Galindo, ni Haydee Cáceres, ni Marisol Aguirre, ni Paul Martin (en ese orden), están a su altura, a pesar de sus esfuerzos. “Un Don Juan en el Infierno” representa la quintaesencia de Cattone como actor, servido con un impresionante despliegue escenográfico de Chalo Gambino y un cuidado diseño de producción de Makhy Arana. Cattone nunca decepciona y ésa parece ser la consigna de esta emblemática figura de nuestro teatro nacional.

Sergio Velarde
14 de febrero de 2011

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