miércoles, 21 de septiembre de 2022

Crítica: TIEMPOS MEJORES


Familia en fragmentos

Se dice que en todas las familias existe algún secreto, pues bajo esta premisa se construye la potente y desgarradora narrativa de la obra Tiempos mejores, escrita por Mikhail Page y Rasec Barragán, la cual se estrenó virtualmente durante la pandemia, siendo seleccionada por el FAE Lima 2021, ganando luego el premio Estímulo Económico a las Artes Escénicas del Ministerio de Cultura. Bajo la dirección de Roberto Ángeles, esta nueva producción de LA IRA Producciones estrenó con éxito su temporada presencial en el Teatro Julio Ramón Ribeyro del Centro Cultural Ricardo Palma, en Miraflores.

Con el pretexto de celebrar el cumpleaños de su hermano Leandro –Mario Cortijo-, que estudia en Londres, Andrea –Alicia Mercado- organiza desde los Estados Unidos una reunión por Zoom convocando a sus padres María Laura y Antonio –Denisse Dibós y Javier Valdés-, quienes están en Lima. Aprovechando la ocasión, los esposos deciden anunciar su separación, lo cual será el punto de quiebre que revelará una serie de resentimientos y dolorosos recuerdos del tiempo en el que vivían juntos.

Un compacto y afiatado elenco sostiene la montaña rusa de emociones que propone la trama, acompañados por una sencilla pero funcional escenografía y juego de luces, que retrata con ingenio una reunión virtual, con cubos de madera en los cuales los actores tenían algunos elementos propios de sus personajes. Además, la impecable ejecución del piano por parte de Ítalo Maldonado, aportó en los cambios de escena o momentos clave de la puesta. Destacable la interpretación de Mercado, quien maneja con destreza la complejidad de su personaje, calando en la memoria del espectador, así como Cortijo, quien sobre todo hacia el final nos sorprende con la drástica evolución de su personaje.

Tiempos mejores retrata los fragmentos de una familia, que pese a su privilegiada condición económica, no está libre de los dramas y escombros que se remueven del pasado, un tiempo que no fue el mejor, ni el más grato. Así, la intensa y profunda narrativa se conduce con una acertada dinámica e interpretaciones honestas, que nos llevan a diversos cuestionamientos como: ¿hasta qué punto se puede llegar con tal de guardar las apariencias?, ¿cuánto pesan las heridas que nunca sanan?, ¿sería mejor no descubrir ciertas cosas de nuestra familia? Les animo a preguntárselo después de ver la obra.

Maria Cristina Mory Cárdenas

21 de setiembre de 2022

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