sábado, 12 de febrero de 2022

Crítica: DEPARTAMENTO DE SOLTEROS


Enredos de caballeros

Anotábamos en una reseña anterior la imperiosa necesidad de retomar los espectáculos presenciales, tanto por parte de los artistas escénicos como de los espectadores, siempre siguiendo los estrictos controles de bioseguridad. La experiencia del convivio en un mismo espacio y tiempo jamás podrá ser reemplazada por una de tipo virtual, sin duda. Acaso las temáticas en general de las piezas estrenadas en los últimos meses, por obvias razones, no podían ser demasiado densas y su duración, muy prolongada. Pues bien, en ese sentido, la emblemática AAA abrió sus puertas para presentar la comedia Departamento de solteros, con la producción de la Asociación Cultural Kapchiy y bajo la dirección de Renato Piaggio.

Escrita por la dramaturga italiana Stefania De Ruvo, la historia nos presenta a dos jóvenes amigos, ambos muy diferentes entre sí y además sin suerte en el amor, quienes deciden contar con un tercer inquilino para pagar así el alquiler de su departamento. No contaban con la llegada de un artista en decadencia, ya bastante mayor, pero que les comparte sus experiencias en el arte de conquistar mujeres y las confusiones no tardarán en aparecer hasta la revelación final. La adaptación a nuestra realidad trabajada por Piaggio se nota algo forzada por momentos; bien pudo haber sido ambientada en Italia para darle una mayor credibilidad a ciertas acciones y actitudes. Sin embargo, el trabajo interpretativo en conjunto de Alonso García, Andrés Solano y especialmente del experimentado Carlos Victoria sostiene con bastante energía y fluidez la puesta, a pesar de lo sencillo de la trama.

La escenografía es funcional, revelando la precariedad en la que viven los muchachos, así como una gran cantidad de cajas con los objetos más queridos de uno de ellos. Los vestuarios también cumplen con definir el carácter de los personajes. Buen trabajo de la producción de Jose Miguel Argüelles y Noemi Melitón Mendoza. Departamento de solteros es una simpática comedia de enredos, bien actuada y resuelta, que cumplió con su cuota de entretenimiento y también nos devolvió el placer de asistir a una función presencial en la histórica sala del Centro de Lima.

Sergio Velarde

12 de febrero de 2022

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