Divirtiéndonos con Chejov
El dramaturgo norteamericano Christopher Durang es un viejo conocido para
la Asociación Cultural Plan 9 y para el director David Carrillo. El
primer estreno del colectivo fue una de las comedias más divertidas del autor, Las vacaciones de Betty
(2003), seguida posteriormente por un segmento en Recontrahamlet (2008), la muy
disfrutable Bebé a bordo (2008) y la hilarante ¿Qué tortura? (2012). No era de
extrañar que Carrillo recurra nuevamente al laureado autor, luego de un intenso
año en el que en el Teatro Larco nos regalara dos producciones con sabor
“nacional”: la adaptación a la peruana de Chico encuentra chica y el estreno absoluto
de Carrillo como dramaturgo con la formidable Lo que nos faltaba. La pieza
elegida por Plan 9 para iniciar este año es nada menos que Vanya y Sonia y
Masha y Spike, ganadora del Tony a la mejor obra de teatro en 2013, que contara
en Broadway con las actuaciones de Sigourney Weaver y David Hyde Pierce.
Como los nombres en su título ya dejan inferir, se trata de un
espectáculo que toma como referencia la producción dramática del clásico ruso Antón
Chejov, pero que es igualmente disfrutable sin necesidad de conocerla. Pero
para los conocedores del autor de obras teatrales de importancia capital como El
jardín de los cerezos, La gaviota, Tío Vania o Las tres hermanas, el montaje alcanza momentos sumamente hilarantes
y hábilmente desarrollados en escena. Tres hermanos, iniciando el "supuesto" ocaso de sus
vidas, se reencuentran para discutir sus triunfos, éxitos y fracasos. El reprimido Vanya (Alberto Isola) y la frustrada Sonia (feliz retorno
de Natalia Torres Vilar) viven juntos en una rústica casa que cuenta con el
obligatorio jardín de cerezos. La llegada de Masha (Diana Quijano), una actriz
de cine venida a menos, generará zozobra al anunciar la inminente venta de la
casa. Por otro lado, el desinhibido novio de Masha, llamado Spike (Giovanni
Arce), se siente atraído por la guapa e ingenua vecina, que no podía tener otro
nombre que el de Nina (Vania Accinelli). En medio de ellos, la divertida
asistente Cassandra (Lía Camilo) se debate entre oscuras premoniciones que
anuncian la tragedia.
Como ya es costumbre, la producción de Plan 9 es impecable, al servicio
de una historia que se vuelve algo dilatada y predecible en su segundo acto,
pero que mantiene el interés por la caracterización de sus intérpretes. A
destacar la actuación de Torres Vilar, que utiliza voz y gestualidad para
convertir a Sonia en una entrañable heroína otoñal. Aparte de las numerosas
referencias chejovianas, Durang denuncia pertinentemente el imparable avance de
la tecnología como uno de los causantes de la progresiva “deshumanización” del
ser humano; además de reafirmar que todo tiempo pasado fue mejor. En ese sentido, dicho discurso alcanza brillos en un sentido
monólogo que maneja diestramente el experimentado Isola. Vanya y Sonia y Masha
y Spike se constituye en un oportuno regreso de Carrillo al estilo de comedias
que tan bien sabe conducir, con un texto escrito por uno de los dramaturgos contemporáneos
más interesantes del medio norteamericano. Una pieza recomendable para todos
los públicos, especialmente para los amantes de Chejov, quienes gozarán con
este respetuoso homenaje de Durang al célebre autor ruso.
Sergio Velarde
4 de abril de 2016
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