martes, 13 de mayo de 2014

Crítica: EL PEQUEÑO EINSTEIN

Los albores de un genio. 

Alexander Pacheco, director del grupo Ayepotámono, decidió llevar a escena la vida del joven Albert Einstein, dentro de un montaje dirigido para toda la familia. Un personaje que acaso los niños habrán simplemente escuchado nombrar en sus colegios dentro de las clases de ciencias, pero que en el montaje de El pequeño Einstein, escrito por Pacheco y estrenado en el Centro Cultural Ricardo Palma, cobra protagonismo. La pieza recrea la juventud del físico alemán, desde que llega a trabajar en la Oficina de Patentes de Berna, hasta que logra publicar exitosamente sus teorías, como la de la relatividad especial, no sin antes enfrentar a sus tenaces detractores.

Hasta la oficina regentada por la estricta Frau Hexe (Viviana Andrade) y su fiel ayudante Herr Feigling (Angelo Bertini), llega el aún joven y desconocido Albert Einstein (Inti Deluchi) buscando empleo. Pese a la reticencia inicial, Frau Hexe acepta emplearlo bajo pésimas condiciones, pero que parecen no afectar al ingenuo Albert, quien gustosamente organiza todo el lugar en poco tiempo. Por otro lado, el obstinado científico Herr Übel (Renato Iberico) siente gran antipatía por Albert y sus novedosas teorías, pues ve peligrar su cómoda posición. Una escena particularmente lograda se desarrolla dentro de un sueño de Albert, en el que conversa de la teoría de la gravedad con el mismísimo Isaac Newton (Fer Barandiarán). La música en vivo de Hector Valdez desde el piano, acompaña con fluidez las acciones en el escenario; aunque el video de introducción podría mejorarse.

Buen desempeño del novel actor Delucci como el joven Einstein, generando empatía rápidamente con el público; como también lo hacen los antagonistas Iberico y Andrade, bien caracterizados. Acaso el mayor logro de El pequeño Einstein, sea el de haber acercado al público infantil la vida de uno de los principales genios de la ciencia, a través de esta sencilla anécdota que utiliza un lenguaje comprensible para los más pequeños. El montaje es pues, un acierto del grupo Ayepotámono, que busca exitosamente despertar el interés de los niños por la investigación científica.

Sergio Velarde
13 de mayo de 2014

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