“Entre broma y broma la verdad se asoma.”
Esta obra, tras ser presentada en varios
países, llega a nosotros en el Nuevo Teatro Julieta, en un formato que se nos
ofrece una propuesta cómica y con música en vivo, que resultan refrescantes y
entretenidas para el espectador. Aún en ello, se introducen reflexiones más
profundas, especialmente sobre los vínculos entre padres e hijos, además de
aquellos que se construyen en medio de una sociedad constantemente cambiante.
Quizá lo más resaltante sean las actuaciones, donde contamos con Gian Loli,
Ethel Requejo, Miguel Soriano y Luis Miguel Yovera, cada uno conectando a su
manera con el público a través de las risas y exageración de ciertas
situaciones que son bastante cotidianas para todos, incluso un tema tan
delicado como la depresión es tratado desde el lado cómico, pero sin faltarle
el respeto, por el contrario, logra generar cierta empatía.
Los cuatro personajes cuentan con características
que probablemente tengan un lugar en el imaginario de todos: los padres
desinteresados, el hijo apesadumbrado y un juez tal vez muy accesible. Aunque
encarnan arquetipos bien definidos, llama la atención la personalidad que
agrega cada actor en su representación, como ya se mencionó. En particular,
consideramos que es en los personajes de los padres donde se muestra esta mayor
dimensión, pues además son quienes, en apariencia, daban la impresión de ser
más superficiales. A la par, cabe resaltar la interpretación musical de Ger
Vergara, quien toca guitarra, percusión y también canta. Su intervención
intensifica tanto los momentos más graciosos, como aquellos tensos y algunos
otros, sensibles.
Dado todo lo anterior, la obra es ideal
para quienes deseen relajarse y pasar un rato divertido. La dinámica es muy
lúdica, en tanto asistimos a una especie de talk show, donde los espectadores
somos también parte del jurado. Buscamos al culpable de un asesinato, pero en
medio de la investigación vamos descubriendo abrumadores secretos y dolorosas
verdades. Así, la participación del público se mantiene jugando con los
personajes, entre peleas maritales, discusiones entre los padres y su hijo,
guiños a la escena política y la realidad nacional. Ambos últimos puntos resultan
los planteados más inteligentemente, por lo que nos encontramos frente a una
sátira sobre las autoridades, los valores morales y el poder. En ese sentido,
independientemente del país en que se presente, es evidente que los temas representados
son muy actuales, pero resultan precisos dada la situación del Perú. Por eso,
entre las bromas y risas, tenemos reflexiones que se introducen por medio del
humor y lo absurdo.
Barbara Rios
21 de mayo de 2025
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